Page 126 - Anatema - Neal Stephenson
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—Ése podría haber sido un factor en determinadas
épocas, pero creo que en ésta es fácil conseguir
anticonceptivos.
—Estaba bromeando.
—Oh. Lo siento. Bien… quizá me quiera por mi mente.
—O por tus cualidades espirituales.
—¿Eh? ¿Crees que es una deólatra?
—¿No has visto con quién estaba?
—Con una especie de, digamos, «contingente», creo que
lo llaman.
—Eran gente del Guardián del Cielo, me apuesto lo que
sea. Su líder iba envuelto en una especie de imitación del
paño.
Habíamos avanzado tanto que la Puerta de Década se
había perdido tras una curva. Miré al Præsidium. Los
megalitos que se alzaban en el perímetro del astrohenge
me servían de puntos de orientación para establecer mi
posición. Habíamos llegado a una carretera ancha paralela
al río. Si la cruzábamos y seguíamos avanzando,
llegaríamos a un vecindario de grandes casas donde
vivían los burgos. Si íbamos a la derecha nos llevaría al
distrito comercial y, al final, podríamos volver a entrar por
la Puerta de Día. A la izquierda iríamos a la barriada
donde yo había pasado los ocho primeros años de mi vida.
—Vamos —dije, y giré a la izquierda.
Unos pasos más allá, Jesry preguntó:
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