Page 195 - Anatema - Neal Stephenson
P. 195
tendrás defensa contra la fealdad que te rodeará y te
llegará de múltiples formas.
Viniendo de fra Orolo, se trataba de un comentario
asombrosamente poético y sentimental. Me quedé tan
boquiabierto que ni se me ocurrió preguntarme a qué se
refería Orolo al hablar de fealdad.
Pero al menos ahora tenía los ojos abiertos a lo que quería
que viese. La luz de la montaña adquirió tonos carmesíes,
dorados, melocotón y salmón. Durante unos pocos
segundos anegó los muros y torres del cenobio milenario
dotándolos de un resplandor que, de haber sido yo un
deólatra, habría definido como sagrado y empleado como
prueba de la existencia de un dios.
—La belleza aparece de la misma forma que ese rayo
rasga las nubes —añadió Orolo—. Tu ojo se siente atraído
por el lugar donde toca algo capaz de reflejarla. Pero tu
mente sabe que la luz no se origina en las montañas ni en
las torres. Tu mente sabe que llega reluciente desde otro
mundo. No prestes atención a los que afirman que está en
el ojo del observador. —Orolo se refería a los fras del
Nuevo Círculo y a los Antiguos Faanianos Reformados,
pero bien podría haber sido Thelenes advirtiendo a un fille
que no se dejase seducir por los demagogos esfénicos.
La luz se demoró un minuto en el parapeto más alto para
luego desvanecerse. De pronto todo lo que nos rodeaba se
tiñó de verdes, azules y púrpuras oscuros.
—La observación será buena esta noche —predijo Orolo.
195

