Page 199 - Anatema - Neal Stephenson
P. 199

Trestanas y a Orolo e inicié el descenso, siguiendo a fra


          Gredick.

            Cuando Trestanas estimó que Gredick y yo estábamos lo

          suficientemente lejos, se puso a decirle algo a Orolo en voz


          muy baja. Habló durante más o menos un minuto, como

          pronunciando un discursito preparado de antemano.

            Cuando Orolo respondió —cosa que hizo sólo tras una


          larga pausa— lo hizo con una voz llena de tensión. Estaba

          argumentando. Y no era la voz fría que empleaba en un

          diálogo.  Algo  le  había  afectado.  Por  eso  supe  que  sur


          Trestanas no le había impuesto una penitencia, porque eso

          lo habría aceptado con humildad, no fuese a duplicarse


          una y otra vez. Hablaban de algo mucho más importante.

          Y era evidente que sur Trestanas le había dicho a Gredick

          que  me  sacase  de  allí  para  tener  algo  de  intimidad  con


          Orolo.




            «Debes tomarlo y aferrarte a él, o morirás.» Cuando, a la

          mañana siguiente, desperté, no sabía si eso era algo que

          Orolo había dicho con esa mismas palabras o una decisión


          que  se  había  formado  en  mi  mente.  En  cualquier  caso,

          desperté jubiloso y decidido.

            Vi a fra Orolo en el Refectorio, solo, a varias mesas de


          distancia. Me sonrió de un modo forzado y apartó la vista

          de inmediato. No deseaba contarme lo de su discusión con

          sur  Trestanas.  Comió  con  rapidez,  se  puso  en  pie  y  se







                                                                                                          199
   194   195   196   197   198   199   200   201   202   203   204