Page 246 - Anatema - Neal Stephenson
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inquieta, odiaréis vivir aquí; pero, si os proporciona alivio,
entonces estáis en el lugar adecuado y podríais considerar
quedaros.»
A continuación habló Corlandin, del capítulo del Nuevo
Círculo.
—He pasado los últimos diez días con mi familia —
anunció, y sonrió hacia una mesa de burgos que le
devolvieron la sonrisa—. Tuvieron la amabilidad de
organizar una reunión familiar durante Apert. Todos
llevan una vida muy ajetreada, igual que yo aquí dentro,
pero durante estos días hemos dejado la rutina, nuestras
carreras y nuestros compromisos para poder estar juntos.
—Yo he visto motus —comentó Orolo. Sólo cinco
podíamos oírle—. De los que tienen muchas explosiones.
Algunos son muy entretenidos.
Corlandin siguió hablando:
—Preparar la cena, que habitualmente es una tarea
rutinaria que realizamos para evitar morirnos de hambre,
se convirtió en algo totalmente diferente. El patrón de
cortes que mi tía Prin hacía en la parte superior del pastel
no era sólo un método para aliviar la presión interna, sino
también una especie de ritual que se remonta quién sabe
cuántas generaciones… una invocación, si os parece
mejor, de sus antepasados, que lo hacían de la misma
forma. Las conversaciones que manteníamos sobre,
digamos, cuando el abuelo Myrt se cayó del tejado de su
porche mientras limpiaba los canalones, no eran sólo
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