Page 244 - Anatema - Neal Stephenson
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asiento. La segunda vez había sido para entonar la
Invocación, que el propio Diax había escrito con las
ampollas del rastrillo todavía recientes en las manos. Si
entendías proto orto y eras un demente entusiasta de los
números, con la Invocación te sentías extremadamente
mal recibido. Los demás pensaban que daba un toque de
distinción a la comida.
Nos dijo que un contingente de edharianos nos
entretendría. El dominio del flújico que tenía Statho era
bastante malo; lo expresó de tal forma que prácticamente
nos ordenó que nos entretuviéramos… lo que provocó
risas en la multitud, que le desconcertaron y le obligaron
a preguntar a los inquisidores (que le flanqueaban en la
mesa principal) qué había pasado.
Tres fras y dos sures cantaron un motete en cinco partes
mientras otros doce revoloteaban frente a ellos. En
realidad, no estaban revoloteando, aunque desde donde
estábamos daba esa impresión. Cada uno de ellos
representaba el índice superior o inferior de una ecuación
teorética sobre ciertos tensores y una métrica. Al
desplazarse de un lado a otro, cruzándose e
intercambiando posiciones mientras se movían frente a la
mesa principal, estaban representando un cálculo sobre la
curvatura de una variedad tetradimensional, con varios
pasos de simetrización, antisimetrización y elevación y
descenso de índices. Si alguien que no supiese nada de
teorética lo hubiese visto desde arriba, se habría llevado la
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