Page 243 - Anatema - Neal Stephenson
P. 243
hubiese llamado lo suficiente la atención ya, y gritó su
propio nombre.
—Sí, doctor Grane —añadió, mirando a lo lejos como si
fuese un santo—. Comprendo. Comprendo. ¿También
infestan a los humanos? ¿¡En serio!? Sólo bromeaba. Bien,
¿cómo sabríamos si algo así hubiese sucedido?
La gente volvió a la comida, pero la conversación tardó
en reiniciarse debido a las incursiones esporádicas del
hermano de Jesry.
Arsibalt se aclaró la garganta de esa forma que sólo podía
lograr Arsibalt; sonó como el fin del mundo.
—El Primado está a punto de hablar.
Me volví y miré a Jesry, que se había dado cuenta
también y agitaba los brazos en dirección a su hermano,
quien le miró como si no le viese. Estaba negociando un
precio neto para biopsias. Era un negociador muy duro.
Las mujeres de su grupo —hermanas y cuñadas de Jesry—
habían empezado a avergonzarse y le tiraban de los codos.
Se giró y se alejó de nosotros.
—Discúlpeme, doctor, no he pillado eso último. ¿Qué es
eso de las larvas?
En su defensa, al mirar a mi alrededor pude comprobar
que no era más que uno de los muchos que habían estado
usando sus cismexes para algún propósito.
Statho ya nos había hablado dos veces. La primera había
sido, supuestamente, para darnos la bienvenida, pero en
realidad había sido para requerirnos que tomasemos
243

