Page 253 - Anatema - Neal Stephenson
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cenobítica. Desde ese momento era responsabilidad
nuestra darles cobijo y comida, cuidarlos cuando se
pusiesen enfermos, enterrarlos a su muerte y castigarlos
por su mal comportamiento. Era como si en ese momento
dejasen de ser ciudadanos de un país y se convirtiesen en
ciudadanos de otro. Era, en otras palabras, algo muy
importante desde el punto de vista legal, y era preciso
darle solemnidad pronunciando ciertos juramentos y
tañendo una campana. Y una tradición tan antigua
implicaba que el burócrata de turno aprovecharía la
situación como excusa para «hacer algunos comentarios».
Resultó que era el rarito recubierto de cuerdas que se
presentó ante la Puerta de Década con su grupo la primera
mañana de Apert. Resultó ser el alcalde.
Después de dar las gracias a todos, desde Dios hasta el
último mono, para luego volver a subir hasta Dios, y
luego, como precaución, añadir un agradecimiento
genérico a cualquier persona o ser sobrenatural que se le
hubiese podido pasar por alto, dijo:
—A estas alturas, incluso los que viven en Sante Edhar
deben estar al corriente de que la extraordinaria
reconfiguración de límites de prefecturas ordenada por el
Onceno Círculo de Archimagistrados ha transformado
literalmente el panorama político. El Concejo Plenario de
las Satrapías Recuperadas ha pasado a un punto sin
retorno situando cinco de las ocho tetrarquías al alcance
de una nueva generación de líderes que, puedo
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