Page 371 - Anatema - Neal Stephenson
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durante un momento, permaneció de pie, desnudo,
sosteniendo una masa de paño en sus brazos y mirando
directamente hacia arriba, como fra Paphlagon durante el
Voco.
Abrí la puerta del astrohenge y dejé entrar la luz. Orolo
lo vio e inclinó la cabeza como un deólatra rezándole a su
dios. Luego crucé la puerta y la cerré. La horrible escena
de la Seo desapareció, reemplazada por la visión solitaria
del astrohenge.
En ese momento me eché a llorar desconsolado, con la
cara tensa, como si estuviese vomitando. Las lágrimas
salieron a borbotones de mis ojos, como la sangre de las
heridas. Me sentía más triste que sorprendido, porque
había sabido que eso pasaría desde el mismo momento en
que fra Spelikon me preguntó acerca de los motucaptores.
No lo había previsto simplemente porque era demasiado
espantoso para considerarlo hasta que fuese inevitable…
hasta que ya hubiese pasado. Hasta aquel momento. Así
que no tuve que malgastar tiempo sintiéndome
sorprendido, como los fras y las sures de allá abajo; pasé
directamente a la pena más interna y absoluta que hubiese
sufrido nunca.
Llegué al Pináculo guiándome más por el tacto que por
la vista, ya que no podía percibir más que luz y oscuridad.
Para cuando llegué a lo alto, había pasado a un sollozo
histérico, pero me limpié la cara un par de veces con el
paño, respiré hondo y me calmé el tiempo suficiente para
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