Page 374 - Anatema - Neal Stephenson
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Por si alguien me lo preguntaba, me inventé la historia


          de  que  Orolo  me  había  dado  a  entender  lo  que  iba  a

          suceder (y ahora que lo pensaba, así había sido, pero yo no

          lo había pillado) y me había saltado el auto porque temía


          no ser capaz de soportarlo. Aun así, tendría problemas. No

          me  importaba  demasiado.  Que  me  expulsasen;

          descubriría  adonde  había  ido  Orolo,  probablemente  al


          Cerro de Bly, y me uniría a él.

            Pero jamás tuve que contar esa mentira. Nadie se había

          percatado de mi ausencia; o si alguien lo había hecho, no


          le importó.




            La historia de cómo Orolo fue expulsado tuvo que ser

          reconstruida  durante  las  siguientes  semanas,  como  un

          cráneo  que  un  arqueólogo  va  montando  fragmento  a


          fragmento.  Nos  perdíamos  durante  días  cuando  los

          rumores o datos erróneos pero convincentes nos guiaban


          por  un  camino  prometedor  que  más  tarde  resultaba  un

          callejón  sin  salida  lógica.  Tampoco  ayudaba  que  todos

          nosotros  hubiésemos  sufrido  el  equivalente  psíquico  de


          quemaduras de tercer grado.

            De alguna forma Orolo había sabido, días antes de Apert,

          que habría problemas con el astrohenge. Había asignado


          algunos cómputos a Jesry, pero no le había permitido ver

          la  tablilla  fotomnemónica  de  la  que  había  extraído  los

          datos;  es  más,  había  hecho  lo  posible  por  camuflar  la


          naturaleza  del  trabajo  que  Jesry  y  otros  estudiantes



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