Page 598 - Anatema - Neal Stephenson
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Entre el monasterio y el Cerro de Bly, un río muy
pequeño serpenteaba por un cañón muy largo, con un solo
puente en condiciones de uso. Hasta que lo hubimos
atravesado y llegamos a un desvío, no tuvimos que pensar
demasiado en qué dirección ir. La carretera a la izquierda
se desviaba mucho para evitar las montañas. La de la
derecha seguía la orilla de un afluente hasta un
asentamiento que la cartabla identificaba como Samble.
Así que por ahí fuimos y, poco más de una hora después
de abandonar el monasterio, nos aproximábamos a lo que,
en la distancia, parecía un estropajo tirado en la lisa ladera
oriental del Cerro de Bly. Era una alfombra de árboles
achaparrados. De más cerca comprobamos que la habían
dividido y ordenado por medio de muros, zanjas y vallas.
Árboles más altos, evidentemente cuidados por
generaciones que los apreciaban por su sombra y su
belleza, formaban un rectángulo alrededor de una zona de
hierba, a un extremo de la cual se alzaba la puntiaguda
estructura de madera de un arca contrabaziana. Sin
necesidad de comunicarnos entre vehículos encontramos
el camino a esa zona verde de la aldea. Al subir, oímos
cantos que salían del arca. Pero no vimos a nadie. Todo el
pueblo, incluido Ganelial Crade, cuyo transbor estaba
aparcado en una zona de tierra junto al arca, se encontraba
dentro del edificio.
No parecía un buen lugar para buscar a Orolo o
(suponiendo que siguiese con vida) a Estemard. Pero nos
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