Page 85 - Anatema - Neal Stephenson
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Fra  Corlandin,  el  PEI  —Primero  Entre  Iguales—  de  la


          Orden del Nuevo Círculo, se había sentado frente a mí.

            Durante los primeros nueve años y tres cuartos de mi

          tiempo en el concento, había pasado de mí, excepto en la


          sala  de  tiza,  donde  estaba  obligado  a  prestar  atención;

          desde hacía poco se portaba como si fuésemos amigos. Era

          de esperar. Con suerte, treinta o cuarenta nuevos avotos


          se unirían a nosotros durante Apert. Y aunque todavía no

          habían  llegado,  parecían  rodearnos  como  fantasmas,  lo

          que hacía que en comparación yo pareciese mayor.


            No mucho después, si todo salía como era habitual, las

          campanas anunciarían el auto de Eliger, y todos los Dieces


          se  congregarían  para  verme  hacer  el  juramento  que  me

          uniría a una orden u otra.

            Once  de  mi  cosecha  habían  sido  recolectados:  habían


          entrado directamente en el cenobio desde extramuros. Los

          otros veintiuno se habían unido primero al cenobio unario


          y habían pasado al menos un año bajo su Disciplina antes

          de pasar a ser Dieces; tendían a ser un poco mayores que

          los recolectados. Todas las Recolecciones, y la mayoría de


          los  pasos,  se  producían  durante  Apert.  Aunque,  si  un

          Alterno  parecía  prometedor,  podía  pasar  antes

          recorriendo el laberinto que conectaba el cenobio unario


          con el cenobio decenario. Pero tal cosa sólo había sucedido

          tres veces desde mi llegada. El sistema completo de cómo

          los avotos llegaban de extramuros o de pequeños cenobios


          de la región, y de cómo pasaban de un cenobio a otro, era



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