Page 224 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
P. 224

militar, y se fué…

                Me  quedé  observando  mientras  el  bulto  oscuro  del

         tractor desaparecía en el bosque. No le envidié al muchacho

         el  solitario  viaje  de  regreso.  Me  sentí,  de  pronto,


         extraordinariamente solo yo también.

                Me  di  vuelta  para  regresar  a  la  casa  y,  al  mirar  las

         ventanas a oscuras, me pregunté si al entrar no encontraría

         que  la  casa  había  sido  visitada  por  el  mismo  horror  que


         había visitado nuestra nave…

                Llevé  la mano  al  cinturón, al  de  Adams,  y busqué  el

         botón  del  radiotelevisor.  Pero  después  abandoné  la  idea.


         Adams  tenía  bastantes  preocupaciones,  sin  que  yo  me

         comunicara  con  él  a  cada  cinco  minutos,  nada  más  que

         porque  tenía  los  pies  fríos.  Sobre  todo,  antes  de  haber


         comprobado siquiera si Altaira estaba bien…

                Rápidamente me aproximé a la puerta, la abrí y entré en

         la casa. Cerré la puerta tras de mí y me hallé en la oscuridad

         más absoluta.


                Buscando una linterna en el bolsillo de mi chaquetilla,

         avancé un paso…

                Y me di un tropezón doloroso, contra algo enorme, duro

         e inmóvil. Retrocedí, con la cabeza aturdida y el corazón en


         la boca. Encendí la linterna… y vi la masa muerta del Robot,

         parado allí, en medio de la entrada…

                Tragué saliva un par de veces. Sentía la lengua hinchada





                                                                                                          224
   219   220   221   222   223   224   225   226   227   228   229