Page 225 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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y torpe. Pero por fin pude hablar y dije:

                —Robby…

                El  destello  único  se  encendió,  tras  los  orificios  de  su

         cabeza.  Fué  como  encontrarse  de  pronto  a  un  amigo,


         estando perdido en una selva…

                Hice que encendiera luces. Entré en la sala, él detrás mío

         y le pregunté cómo estaban Morbius y Altaira.

                Me hizo algunos guiños y parpadeos, rechinó y crujió.


         Luego, respondió:

                —El  doctor  Morbius  estaba  dormido.  La  señorita

         Altaira estaba dormida.


                Aquel  tiempo  pasado  sonaba  extraño,  pero  me  di

         cuenta de que su uso era inevitable después de un período

         de inactividad.


                —Vaya y vea cómo están ahora —ordené y se volvió,

         encaminándose  con  sus  pasos  pesados  hacia  la  puerta

         posterior.

                Estaba  todavía  yo  en  medio  de  la  habitación,


         acomodando  mi  mochila  en  una  silla,  cuando,  al  abrir  el

         Robot  la  puerta,  oí,  desde  el  pasillo,  un  grito  ahogado,

         proferido por Morbius…

                En  dos  saltos  atravesé  la  habitación,  acordándome  a


         tiempo  de  gritarle  a  Robby  que  saliera  de  mi  camino.  Al

         hacerse él a un lado, colocándose contra la pared, vi que la

         puerta del dormitorio de Morbius estaba abierta.





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