Page 57 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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sido por lo que yo había visto en su extremo más alejado.

                Farman dijo:

                —Usted está mal de la cabeza, doctor. No es más que

         una laguna.


                Volví a señalar.

                —¿Y  ese  embaldosado?  ¡Igual  que  el  pavimento  de

         fantasía en la Tierra! ¡No me diga que eso es natural!

                Pero ya no miraban más a la pileta. Lo hacían fijamente


         hada el otro lado. Habíamos pasado la saliente y estábamos

         casi a su sombra. Y entonces vi algo que me asombró más

         que todo cuanto había visto antes.


                Adams dijo:

                —¡Sabía que tenía que haber una casa!

                Farman exclamó:


                —¡Miren eso! ¡Surgido de la roca misma!

                Yo no dije nada. Estaba demasiado absorto tratando de

         creer lo que veía. Se trataba de un patio embaldosado, con

         flores de colores extraños, reunidas en torno a una fuente de


         la  consabida  agua  azul  y,  detrás,  el  maderamen  y  las

         ventanas  del  frente  de  una  casa  que  no  tenía  otra

         construcción detrás, sino la roca en la cual el frente, largo y

         bajo, estaba encajado. Mediante una labor hercúlea, se había


         conseguido  vaciar  en  la  piedra  un  hueco  suficiente  para

         servir de vivienda y luego se lo había cerrado con un frente

         que denotaba, sin lugar a dudas, que lo había diseñado el





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