Page 61 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
P. 61

confusión,  pero  no  podía  explicármelo  de  otra  forma  y

         estaba observando que la tela que constituía el tapizado de

         casi todos los muebles, poseía el mismo raro brillo interior

         que la túnica de Morbius, cuando éste regresó al salón.


                Venía  seguido  por  el  Robot,  que  en  uno  de  sus

         rechonchos brazos de metal llevaba una bandeja con copas

         y una jarra. Colocó la bandeja sobre una mesita baja, cerca

         de Adams y de Farman y luego, sin que mediara palabra o


         seña alguna de Morbius, dió media vuelta y dirigiéndose a

         la puerta se retiró.

                Morbius tomó la jarra, que era como un sólido triángulo


         de cristal brillante, llena de un líquido pálido, color paja, y

         nos miró.

                —Caballeros —dijo—, éste es un vino que yo elaboro de


         un curioso fruto que tenemos aquí, parecido a la uva, pero

         procedente de un árbol, no de un arbusto como la vid. —

         Quitó la tapa de la jarra y comenzó a llenar las copas—. Mis

         primeros experimentos no fueron muy halagüeños, pero en


         estos últimos años he sido mucho más afortunado.

                Nos entregó una copa a cada uno, pero no tomó la suya.

                —Hasta el perfume, verán ustedes, es excelente.

                Estaba levantando mi copa, cuando noté una mirada de


         Adams.  Ni  él  ni  Farman  las  habían  alzado.  Adams,

         dirigiéndose a Morbius, le dijo:

                —¿No nos acompaña, doctor? —sin inflexión alguna en





                                                                                                            61
   56   57   58   59   60   61   62   63   64   65   66