Page 105 - El Señor De La Luz - Roger Zelazny
P. 105

vimos  rápidamente  que  no  podíamos.  Así,  a  cambio  de


        nuestros impuestos, reciben aquí una bendición sobre su

        alcohol. Menos culpabilidad, menos resaca, menos recrimi‐

        naciones, es psicosomático, ya sabes, y el impuesto tam‐


        poco es tan alto.

           –Curioso, de todos modos, como muchos prefieren la be‐


        bida profana.

           –Viniste a rezar y ahora te quedas para burlarte, ¿es eso

        lo que estás diciendo, Sam? Ofrecí responder a tus pregun‐


        tas, no debatir la política deicrática contigo ¿Has tomado

        ya alguna decisión respecto a mi oferta?

           –Sí, Madeleine –dijo Sam–. ¿Y nadie te ha dicho nunca lo


        encantadora que estás cuando te irritas?

           Brahma saltó de su trono.


           –¿Cómo has podido? ¿Cómo has conseguido adivinarlo?

        –chilló el dios.

           –En realidad no pude –dijo Sam–. Hasta ahora. Fue sola‐


        mente una suposición, basada en algunas de tus peculiari‐

        dades del habla y algunos gestos que recordaba de antes.

        Así que finalmente has conseguido la ambición de toda tu


        vida, ¿eh? Apostaría que incluso tienes un harén ¿Qué se

        siente,  señora,  siendo  un  auténtico  semental  después  de

        haber empezado como una muchachita? Apuesto a que to‐


        dos los afeminados del mundo te envidiarían si lo supie‐

        sen. Felicitaciones.


           Brahma se irguió en toda su estatura y le miró con ojos

        llameantes. El trono era una llama a sus espaldas. La vina







                                                                                                             105
   100   101   102   103   104   105   106   107   108   109   110