Page 108 - El Señor De La Luz - Roger Zelazny
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para que se efectuara la transferencia a su nuevo cuerpo.
Strake, junto con dos de sus consejeros, partió mientras aún
era de día para tomar bocetos de las fortificaciones del pa‐
lacio. Dos de los cortesanos del príncipe fueron despacha‐
dos al otro lado de la ciudad para entregar una invitación
a cenar y a una velada al Shan de Irabek, un viejo y distante
vecino de Siddhartha con el que había mantenido tres san‐
grientas escaramuzas fronterizas y con el que ocasional‐
mente había salido a la caza del tigre. El Shan estaba visi‐
tando a unos familiares mientras aguardaba su cita con los
Maestros del Karma. Otro hombre fue enviado a la calle de
los Herreros, donde pidió a los trabajadores del metal que
doblaran el encargo del principie y lo tuvieran a punto para
primera hora de la mañana. Llevaba consigo dinero adicio‐
nal para asegurar su cooperación.
Más tarde, el Shan de Irabek llegó a la hostería de
Hawkana, acompañado por seis de sus parientes, que per‐
tenecían a la casta de los comerciantes, pero iban armados
como si fuesen guerreros. De todos modos, viendo que el
ambiente de la hostería era pacífico y que ninguno de los
demás huéspedes o visitantes llevaba armas, dejaron a un
lado las suyas y se sentaron cerca de la Cabecera de la
mesa, al lado del príncipe.
El Shan era un hombre alto, pero considerablemente en‐
corvado. Llevaba atuendo marrón y un turbante oscuro
que casi cubría sus grandes cejas parecidas a orugas del co‐
lor de la leche. Su barba era como un arbusto nevado, sus
dientes asomaban como oscuros tocones cuando se reía, y
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