Page 125 - El Señor De La Luz - Roger Zelazny
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gre que se secaba en su hoja– quien fue recibido por los re‐


        soplidos de la yegua blanca mientras saludaba al príncipe

        y decía–. Todo ha terminado.

           –¿Lo oyes, Maestro del Karma? –preguntó el príncipe–.


        Son tus guardianes el picadillo de perro.

           El Maestro no respondió.


           –Sírveme ahora, y puede que conserves tu vida –dijo el

        príncipe–. Niégate, y la perderás.

           –Te serviré –dijo el Maestro.


           –Strake –ordenó el príncipe–, envía a dos hombres a la

        ciudad..., uno para traer a Narada,  mi médico,  y el otro

        para ir a la calle de los Tejedores y traer aquí a Jannaveg el


        fabricante de velas. De los tres lanceros que quedan con

        Hawkana, deja solamente uno para que custodie al Shan


        de Irabek hasta la puesta del sol. Entonces que lo ate y lo

        deje, y se reúna aquí conmigo.

           Strake sonrió y saludó.


           –Ahora trae gente para que me lleve al interior de la Man‐

        sión y mantenga estrechamente vigilado a este Maestro.






           Quemó su viejo cuerpo junto con todos los demás. Los

        guardianes del Karma, hasta el último hombre, habían pe‐


        recido en la batalla. De los siete Maestros sin nombre, sola‐

        mente el gordo había sobrevivido. Si bien los bancos de es‐


        perma y óvulos, los tanques de crecimiento y los depósitos

        de cuerpos no podían ser transportados, todo el equipo de

        transferencia fue desmontado bajo la dirección del doctor




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