Page 129 - El Señor De La Luz - Roger Zelazny
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Cerca de la ciudad de Alundil había un denso bosquecillo
de árboles de corteza azul, provistos de hojas púrpura pa‐
recidas a plumas. Era famoso por su belleza y por la mo‐
nástica paz de su sombra. Había sido propiedad del comer‐
ciante Vasu hasta su conversión, en cuyo momento fue ob‐
sequiado al maestro conocido por los distintos nombres de
Mahasamatman, Tathagatha y el Iluminado. En aquel bos‐
que buscó cobijo el maestro con sus seguidores, y cuando
iban a la ciudad al mediodía sus cuencos de mendigo jamás
quedaban vacíos.
Siempre había gran número de peregrinos en torno al
bosquecillo. Los creyentes, los curiosos y aquellos que vi‐
vían de los demás lo estaban cruzando constantemente.
Venían a caballo, venían en bote, venían a pie.
Alundil no era una ciudad muy grande. Tenía su cuota
de destartaladas cabañas, junto con casitas de madera, su
calle principal estaba sin pavimentar y llena de roderas, te‐
nía dos bazares grandes y muchos pequeños, había am‐
plios campos de grano, propiedad de los vaisyas, cuidados
por los sudras, que se agitaban y ondulaban, verdeazula‐
dos, en torno a la ciudad, tenía vanas hosterías (aunque
ninguna tan espléndida como la legendaria hostería de
Hawkana, en la lejana Mahartha), debido al constante paso
de viajeros, tenía sus hombres santos y sus contadores de
historias, y tenía su Templo.
El Templo estaba localizado en una colina baja cerca del
centro de la ciudad, con puertas enormes en cada uno de
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