Page 154 - El Señor De La Luz - Roger Zelazny
P. 154

con extraños cultos y primitivas sectas. Por un momento te


          tomé por un devoto de una de tales supersticiones. Pero si,

          como dices, es realmente un arma, entonces confío en que

          estés familiarizado con su uso.


             –Algo –respondió el hombre de negro.

             –Bien, entonces –dijo Yama–. Porque me desagrada tener


          que matar a un hombre que no sabe defenderse. Me siento

          obligado a señalarte, sin embargo, que cuando te presentes

          ante el Altísimo para ser juzgado, se te imputará suicidio.


             El otro sonrió débilmente.

             –Cuando estés preparado, dios de la muerte, facilitaré el

          paso de tu espíritu fuera de esta envoltura carnal.


             –Sólo una cosa más, entonces –dijo Yama–, y pondré fin

          rápidamente a esta conversación. Dame un nombre para


          decírselo a los sacerdotes, a fin de que sepan a quién deben

          ofrecer los ritos.

             –Renuncié a mi último nombre hace poco –respondió el


          otro–. Por esta razón, el consorte de Kali deberá atribuir su

          muerte a alguien anónimo.

             –Rild, eres un estúpido –dijo Yama, y extrajo su hoja.


             El hombre de negro sacó la suya.

             –Y nada más justo que te enfrentes anónimo a tu destino.

          Traicionaste a tu diosa.


             –La vida está llena de traiciones –respondió el otro, antes

          de golpear–. Oponiéndome a ti ahora y de este modo trai‐


          ciono también las enseñanzas de mi nuevo maestro. Pero

          debo  seguir  los  dictados  de  mi  corazón.  Ni  mi  antiguo







          154
   149   150   151   152   153   154   155   156   157   158   159