Page 170 - El Señor De La Luz - Roger Zelazny
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–¿Qué sabes tú del llamado Tathagatha y de sus enseñan‐
zas?
El otro apartó la vista.
–Soy un sacerdote de los dioses y un brahmán, guerrero.
No deseo hablar de eso.
–¿Así que también te ha atraído a ti?
–¡Ya basta! Te he hecho saber mis deseos. No es un tema
del cual quiera discutir.
–No importa... y dentro de poco aún importará menos.
Gracias por el soma. Buenas noches, sacerdote.
–Buenas noches, guerrero. Que los dioses sonrían en tu
camino.
–Y también en el tuyo.
Subió las escaleras, y salió del Templo, y prosiguió an‐
dando a través de la ciudad.
Cuando llegó al bosquecillo púrpura había tres lunas en
el cielo, pequeños fuegos de acampada tras los árboles, pá‐
lidas flores de fuego en el cielo sobre la ciudad y una brisa
con una cierta humedad agitando las plantas a su alrede‐
dor.
Entró silenciosamente en el bosquecillo.
Cuando llegó a la zona iluminada, se halló frente a hilera
tras hilera de hombres sentados, inmóviles. Cada uno de
ellos llevaba una túnica amarilla con una capucha amarilla
sobre su cabeza. Eran centenares, y ninguno emitía el me‐
nor sonido.
Se acercó al que estaba más próximo a él.
–He venido a ver a Tathagatha, el Buda –dijo.
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