Page 191 - El Señor De La Luz - Roger Zelazny
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no quieres ver. Llévale la contraria una sola vez para pro‐
bar la veracidad de mis palabras, incluso en un asunto in‐
significante, y observa lo rápidamente que responde, y de
qué manera. ¿Que harás si tus propias armas se vuelven
contra ti, Muerte?
–¿Has terminado ya de hablar? –preguntó Yama.
–Sobre esto sí. Un sermón es una advertencia, y tú ya has
sido advertido.
–Sea cual sea tu poder, Sam, veo que en este momento es
a prueba de mi mirada de la muerte. Considérate afortu‐
nado de que en estos momentos me sienta debilitado...
–Lo soy, por supuesto, porque mi cabeza está a punto de
estallar. ¡Malditos sean tus ojos!
–Un día probaré de nuevo tu poder, y aunque vuelva a
revelarse a prueba del mío, ese día caerás. Si no por mi Atri‐
buto, si por mi hoja.
–Si ése es el desafío, elijo diferir la aceptación. Sugiero
que pruebes mis palabras antes de intentarlo.
En aquel momento, la arena estaba a la mitad de los mus‐
los de Yama.
Sam suspiró y abandonó su percha.
–Sólo hay un camino seguro hasta esta roca, y voy a se‐
guirlo para irme de aquí. Ahora te diré cómo conservar tu
vida, si no eres demasiado orgulloso. He dado instruccio‐
nes a los monjes para que acudan en mi ayuda, aquí en este
lugar, si oyen un grito de socorro. Te dije antes que yo no
iba a pedir ayuda, y es cierto. Tú, sin embargo, puedes pe‐
dir socorro con esa poderosa voz tuya, y ellos estarán aquí
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