Page 192 - El Señor De La Luz - Roger Zelazny
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antes de que te hayas hundido demasiado. Te sacarán a
salvo a terreno firme y no intentarán hacerte ningún daño,
porque ésa es su forma de actuar. Me gusta el pensamiento
del dios de la muerte siendo salvado por los monjes del
Buda. Buenas noches, Yama. Me voy.
Yama sonrió.
–Habrá otro día, oh Buda –afirmó–. Puedo esperarlo.
Huye ahora tan rápido y lejos como puedas. El mundo no
es lo bastante grande para ocultarte de mi ira. Te seguiré y
te enseñaré la iluminación que es puro fuego del infierno.
–Mientras tanto –dijo Sam–, te sugiero que solicites
ayuda a mis seguidores o aprendas el difícil arte de respirar
lodo.
Siguió el único sendero seguro a través del campo, con
los ojos de Yama ardiendo a sus espaldas.
Cuando llegó al sendero se volvió.
–Y puedes mencionar en el Cielo –dijo– que fui llamado
fuera de la ciudad por asuntos de negocios.
Yama no respondió.
–Creo que voy a hacer un trato respecto a algunas armas
–terminó–, unas armas más bien especiales. Así que,
cuando vengas tras de mí, tráete contigo a tu amiga. Si le
gusta lo que va a ver, puede que te persuada a que cambies
de lado.
Luego se internó en el sendero y se adentró en la noche,
silbando, bajo una luna que era blanca y una luna que era
dorada.
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