Page 241 - El Señor De La Luz - Roger Zelazny
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–¿Y cómo responden a eso?
–El tridente de Shiva abre un sendero a través de cual‐
quier cosa. Pero no importa cuanto destruye, erigimos más
ante él. Así que permanece como una estatua, eliminando
las tormentas que no dejamos de enviarle. Ocasionalmente
se vuelve para matar, mientras el Señor de los Fuegos con‐
tiene el ataque. El cetro de la diosa frena a aquellos que se
cruzan en su camino. Una vez frenados, se encuentran con
el tridente o la mano o los ojos de la Muerte.
–¿Y no habéis conseguido causarles ningún daño?
–No.
–¿Dónde están?
–Bajando por la pared del pozo. Aún están cerca de la
parte superior. Descienden lentamente.
–¿Cuántos hemos perdido?
–Dieciocho.
–Entonces fue un error interrumpir nuestra espera para
iniciar esta batalla. El coste es demasiado grande y no he‐
mos conseguido nada... Sam, ¿quieres que intentemos apo‐
derarnos del carro?
–Vale la pena correr el riesgo... Sí, intentémoslo.
–Adelante entonces. –Dio instrucciones al rakasha, que
emitía ramas y oscilaba ante él–. Ve, y nosotros te seguire‐
mos más lentamente. Ascenderemos por el lado del pozo
opuesto a ellos. Cuando iniciemos el ascenso, redoblad el
ataque. Ocupadles por completo hasta que hayamos pa‐
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