Page 33 - El Señor De La Luz - Roger Zelazny
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Ocurrió al cabo de un momento. Rugió y llameó, prolon‐


        gándose y prolongándose hasta que finalmente perdió el

        conocimiento.

           Cuando recuperó los sentidos sólo el grisor y una suave


        lluvia le separaban del refugio en la roca. En su base había

        solamente una figura sentada, y no llevaba cuernos ni pa‐


        recía poseer más brazos que los dos habituales.

           Tak no se movió. Aguardó.






           –Esto –dijo Yama, tendiéndole un aerosol– es un repe‐

        lente contra demonios. En el futuro te sugiero que te emba‐


        durnes  concienzudamente  con  él  si  tienes  intención  de

        aventurarte lejos del monasterio. Creía que esta región es‐


        taba libre de los rakasha, o de otro modo te lo hubiera pro‐

        porcionado antes.

           Tak aceptó el bote y lo colocó encima de la mesa ante él.


           Estaban sentados en las habitaciones de Yama, tras comer

        frugalmente allí mismo. Yama se reclinó en su asiento, con

        un vaso de vino del Buda en su mano izquierda y un bote‐


        llón medio lleno en la derecha.

           –Entonces, ¿el llamado Raltariki es realmente un demo‐

        nio? –preguntó Tak.


           –Sí y no –dijo Yama–. Si por «demonio» entiendes a una

        criatura maléfica, sobrenatural, poseedora de grandes po‐


        deres, una vida muy larga y la habilidad de asumir tempo‐

        ralmente cualquier forma, entonces la respuesta es no. Ésta







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