Page 79 - El Señor De La Luz - Roger Zelazny
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–Entonces, ¿puedes hablarme de los Maestros, y por qué
tienen que ser considerados como enemigos? –preguntó
Sam.
–Puedo decirte algo de ellos –respondió el capitán–, por‐
que no debes ir desprevenido. Los comerciantes de cuerpos
son ahora los Maestros del Karma. Sus nombres individua‐
les son en la actualidad mantenidos secretos, a la manera
de los dioses, de modo que parecen tan impersonales como
la Gran Rueda, a la que afirman representar. Ya no son sim‐
plemente comerciantes de cuerpos, sino que están aliados
con los Templos. Ésos también han cambiado, pues los Pri‐
meros que ahora son dioses hacen causa común con ellos
desde el Cielo. Si eres realmente de los Primeros, Sam, tu
senda debe conducirte o a la deificación o a la extinción,
cuando te enfrentes a esos nuevos Maestros del Karma.
–¿Cómo? –preguntó Sam.
–Los detalles deberás buscarlos en otro lugar –dijo su in‐
terlocutor–. Ignoro los procesos a través de los cuales se
realizan esas cosas. Pregúntale a Jannaveg, el fabricante de
velas, en la calle de los Tejedores.
–¿Es así como es conocido Jan ahora?
El otro asintió.
–Y ve con cuidado con los perros –dijo–. O, si he de ser
sincero, con cualquiera que esté vivo y demuestre que
puede albergar inteligencia.
–¿Cómo te llamas, capitán? –preguntó Sam.
–En este puerto no tengo ningún nombre o el que tengo
es falso, y no veo razón para mentirte. Buenos días, Sam.
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