Page 637 - Hijos del dios binario - David B Gil
P. 637

distraído.


                  —Mi casa... —repitió él—. Probablemente es el


           sitio donde más tiempo he pasado los últimos años,


           pero  aun  así,  me  cuesta  considerarlo  mi  casa.



           Supongo que por eso he traído algunos recuerdos.


                  —Muchas cosas de Japón, ¿me equivoco?


                  —Viví allí con mi padre varios años. Más tarde,


           cuando  pude  elegir  mis  propios  pasos,  estos  me


           llevaron de regreso.


                  —Y  esas  láminas  en  japonés...  ¿Las  escribiste


           tú?



                  —Mi  maestro,  el  doctor  Hatsumi,  gustaba  de


           practicar  el  arte  del  shodo.  Escribió  esas  palabras


           para despedirse de mí.


                  —El doctor Hatsumi, estudiaste con un médico


           japonés.


                  Por algún motivo, aquello hizo sonreír a Daniel.


                  —Sí, era médico. Entre otras cosas.


                  —Creo  que  te  gusta  dártelas  de  misterioso  —


           dijo  Alicia,  y  se  dio  la  vuelta  para  estudiar  los



           detalles de un entorno que, por primera vez, podía


           ver a plena luz.


                  Se  detuvo  frente  a  una  mesa  baja  donde


           reposaban  dos  espadas  curvas  envainadas:  una


           corta  y  otra  larga,  ambas  sobre  un  soporte  de


           madera. Los ricos grabados a lo largo de las vainas,




                                                                                                            637
   632   633   634   635   636   637   638   639   640   641   642