Page 641 - Hijos del dios binario - David B Gil
P. 641
bolsa con su nueva ropa interior de corte
deportivo. Finalmente optó, aunque jamás lo
habría reconocido, por ponerse algo de lo que
Silvia le había prestado.
Daniel cumplió fielmente con su amenaza: se
adentraron en la red de metro y recorrieron los
subterráneos de la ciudad en dirección a los
distritos menos glamurosos. A las primeras
paradas del barrio residencial, de suaves formas
curvas y brillantes superficies vitrificadas,
siguieron otras más antiguas y de aspecto menos
sofisticado. La misma pauta seguía el reflujo de
pasajeros que llenaba y vaciaba los vagones: los
hombres de negocios y la gente bien de ensayada
expresión ausente fueron dando paso,
progresivamente, a jóvenes de aspecto más o
menos estrafalario que acudían a la llamada de la
noche. Los principales clubes nocturnos y
discotecas se encontraban en la costa sur de la isla,
hacia donde ellos también se dirigían, así que
compartieron gran parte del trayecto con lo que
parecían modelos de una revista de tendencias
alternativas. Ellas, encaramadas en insufribles
tacones, vestidas como colegialas y con el pelo
641

