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que implican experiencias novedosas y distintas a las vividas en el trayecto de la escuela primaria;
muy diferente a las conocidas hasta ese momento.
Dicho pasaje, según la literatura científica (Sacristán, 1997; Psaltis, 2002; Midgley y Maehr, 2000)
representa un cambio transcendental en la vida de los estudiantes, que en algunos casos puede
resultarles arduo de abordar.
Tanto Aisenson (2007) como Korinfield (2008) siguiendo una perspectiva psicoanalítica,
plantean que el individuo se constituye a partir de las identificaciones que se producen en el marco
de interacciones con otros y en distintos contextos. Estos procesos identificatorios generados tanto
con pares, como con adultos van permitiendo conformar un posicionamiento particular del sujeto,
en el mundo.
En esta línea de pensamiento afirmamos que la escolarización facilita la ampliación de la realidad
social del sujeto adolecente; pone en el centro de la cuestión el encuentro con los pares y otros
adultos significativos. La inserción en las instituciones escolares complejiza los soportes
identificatorios que se jugaron trascendentales en un primer momento con las figuras parentales,
primeros objetos de amor.
En los estudios sobre adolescencia, advertimos una correspondencia entre los conceptos de
vínculo y construcción de la subjetividad adolescente y que destacan la importancia del vínculo
humano en articulación del sujeto con lo social.
Para Kaës (1989), los vínculos se estructuran por la permanencia en el tiempo, la estabilidad (es
decir, una forma más o menos constante), una comunidad de intereses (lo que hace a la motivación
manifiesta de sus integrantes, a realizar en y a través del dispositivo vincular), la sujeción (una
obligación recíproca que se establece a partir del hecho de reconocerse perteneciendo a dicho
vínculo). En ese sentido los vínculos que construyen los adolescentes en el primer año de la escuela
secundaria resultan significativos para su consolidación como sujetos.
Teniendo en cuenta estas tres dimensiones: la transición en el sistema educativo, la adolescencia
como proceso de cambio y los vínculos decidimos construir conocimiento sobre los sentidos que
los estudiantes otorgan a los vínculos que se configuran en el primer año de la escuela secundaria.
Nuestra perspectiva metodológica
Nos centramos en un enfoque cualitativo y en consonancia con ello trabajamos desde un
paradigma interpretativo, usando como técnicas de recolección de datos talleres y entrevistas en
profundidad.
En cuanto a la población con la que trabajamos, se trata de estudiantes que asisten a una escuela
secundaria pública de la ciudad de San Salvador de Jujuy que, si bien se encuentra localizada en el
centro de la ciudad, concurren adolescentes provenientes de numerosos barrios del predio urbano.
El establecimiento dicta clases en dos turnos y cada división de primer año, cuenta con
aproximadamente veintiocho alumnos cada una. En nuestro caso, seleccionamos para trabajar dos
comisiones del total de seis.
En los talleres se trabajó con el grupo total de alumnos de las comisiones seleccionadas y luego,
se realizaron entrevistas grupales en grupos de tres alumnos/as, que voluntariamente se ofrecieron
a la tarea.
En torno al vínculo que construyen los adolescentes de primer año con los adultos de la
escuela.
Como uno de los objetivos específicos de nuestra indagación se centra en los vínculos que
construyen los adolescentes de primer año, con los adultos de la escuela, en esta oportunidad
queremos compartir algunas de nuestras aproximaciones sobre el tema.
Uno de los aspectos que llamo nuestra intención a partir de ese trabajo de campo, refiere a las
consideraciones que se presenta en los dichos de los adolescentes sobre los distintos tipos de
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