Page 17 - LIBRO DE ACTAS-II-JORINVEDUC-2016
P. 17
como apropiación individual de la realidad objetiva, por lo tanto parcial y limitado a la percepción
inmediata.
Para la epistemología de la práctica, la concepción de educación es la tradicional y se muestra
sin perspectivas de transformación social. Profesores y alumnos son tomados como a-históricos.
Los profesores son especialistas, de los cuales no se exige entender la estructura de las relaciones
interdisciplinarias de su disciplina, ni, mucho menos, la realidad histórica y sociocultural en la cual
se desarrolla. Los alumnos son fieles depositarios del conocimiento, a quienes les cabe almacenar y
repetir el contendio dado, no admitiendo para eso, la interferencia del pensamiento y de la
experiencia de los mismos. La enseñanza, por lo tanto, es realizada por medio de metodologías
reproductoras en la transmisión de los contenidos, y el aprendizaje, por medio de la memorización,
manteniéndose el pensamiento a-crítico e ingenuo.
Se privilegia uma concepción de formación docente mecanicista e instrumental que dota a los
profesores de técnica, habilidades y competencias, para responder eficientemente las exigencias de
capital. En conjunto, esa base epistemológica sustenta la aceptación del concepto de calidad
neoliberal com valor mercadológico, relacionada a la mercantilización de la educación.
A partir de la propuesta presentada para el estudio de la epistemología, se puede concluir
que la perspectiva para la formación y la educación –epistemología de la práctica- es la del
positivismo. El posicionamiento político ideológico es el neoliberal, que se caracteriza, entre otros
atributos, por no presentar perspectivas de transformación social y por compredner las relaciones
sociales como dadas y no como históricas. El enfoque epistemológico, que representa la opción
metódica del investigador en la producción del conocimiento, es us filiación al método positivista.
A la epistemología de la práctica, se opone la epistemologá de la praxis, cuyo carácter
mediador exige que la articulación teoría-práctica sea referida al plano del método materialista
histórico-dialéctico, por ser éste el que propicia, a través de sus categorías, la comprensión de la
producción de conocimiento como praxis. Se reconoce el valor teórico de la práctica y el valor
práctico de la teoría, resaltando, por lo tanto, la importancia de la unidad teoría-práctica para los
procesos de producción de conocimiento y de comprensión de la realidad.
El concepto de praxis, categoría fundante de este posicionamiento epistemológico, es
comprendido como actividad social humana. Tal contenido es fundamental para la comprensión de
los procesos de elaboración de conocimiento y de formación humana referida a la
“omnilateralidad”. La categoría praxis posibilita que las relaciones necesarias a la producción de
conocimiento no sean disociadas, sino más ligadas y en observancia de la unidad dinámica
(Vásquez, 1986). Por lo tanto, es a partir de la relación dialéctica entre teoría y práctica que se tiene
la base de la construcción de conocimiento.
En cuanto a la concepción de educación, se trastoca el enfoque individual por el social, por
lo político y por lo ideológico. En tanto sustentada en los fundamentos epistemológicos del
materialismo histórico dialéctico, la educación es contextualizada e históricamente localizada; es
proceso que libera para la concientización (Vigotsky, 1995); es acción que promueve el trabajo
igualitario y dialógico, por lo tanto, culturalmente político (Freire, 1997)
La epistemología de la praxis sustenta una concepción de formación docente que exige
mediaciones de carácter histórico, cultural y social, las cuales sustentan un proceso básico de
desarrollo del ser social y de la humanización del hombre (Souza; Magalhães, 2014). Esta
concepción de formación docente asume la centralidad del trabajo, que hace de mediación entre
teoría y práctica. Por el trabajo, la práctica se transforma en teoría; por el trabajo también, la teoría
se hace práctica proyectando las posibilidades de transformación de la realidad.
Conforme esta epistemología, el concepto de calidad es referenciado socialmente; guiada,
principalmente, sobre el pilar de la emancipación, en el que las relaciones se constituyen en el
binomio sujeto-objeto; procurando alcanzar la solidaridad (Santos, 2000). En este sentido, la
relación sujeto-objeto se fortalece y la formación pasa a ser generadora de un pensamiento crítico,
que no se somete al proceso productivo, y niega que sean fuerzas externas la que definan la calidad
del proceso. La calidad socialmente referenciada debe ser definida por los sujetos del acto
educativo.
Luego del análisis de los principios, fundamentos, conceptos, posicionamiento político y
metodológico de formación y de educación, fundadas en la epistemología de la praxis, se puede
concluir que ésta sustenta una postura crítica en la construcción de concepciones académicas,
pedagógicas y políticas. Esta concepción se fundamenta en el posicionamiento político contra-
17

