Page 20 - LIBRO DE ACTAS-II-JORINVEDUC-2016
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Los resultados de las investigaciones aquí relatadas muestran que parte de la producción
de la investigación en posgrado, tiene filiación al movimiento de contrucción de la “Nueva
Pedagogía de la Hegemonía”, por dos vías: primero, porque pueden sustentar conceptos, enseñar,
divulgar, consolidar prácticas que corresponden a los principios de la hegemonía; segundo, porque
el mismo movimiento de producción puede utilizar un discurso crítico, más cuyas bases teóricas,
contradictoriamente, se fundan en los mismos principios ideológicos que representan la “Tercera
Vía” (Neves, 2013).
En el recorte analizado, algunos trabajos, donde sus autores de autodefinen como críticos,
todavía recorren el camino de la epistemología de la práctica y no de sostener la concepción de
calidad social de la educación. Por lo contrario, refuerzan aspectos políticos e ideológicos
neoliberales sin conciencia de sus discursos, en la formación de profesores y en apoyo a la
argumentación de políticas educacionales, cuando sus creadores afirman que las investigaciones
sustentan sus propósitos.
Se pretendió discutir la importancia de la comprensión epistemológica de los discursos
presentes en la producción académica y en el PNE para evidenciar sus presupuestos y fundamentos
y, así, esclarecer a qué objetivos políticos ideológicos se vinculan y las posibles repercusiones de
esa vinculación. El análisis epistemológico aquí emprendido muestra que, en el caso de la
producción académica, se identifica una confrontación entre las finalidades de los trabajos y su
construcción epistemológica.
Los discursos educacionales generados por organismos multilaterales afirman que
pretenden instituir la calidad de la educación, en tanto los indicadores que divulgan para la calidad
educacional, la estrategia de aplicar tests standarizados, que validan la calidad impuesta, alimentan
la concurrencia, la meritocracia, la formación de una nueva subjetividad docente (Shiroma E Neto,
2015), para construir identidades que se desvinculan del profesional y del colectivo para valorziar
apenas la individualidad, producen las bases para los cambios de currícula, de organización escolar
y de cambios en las políticas de formación y de profesionalización docente. Son trampas bien
enraizadas capaces de formar consenso en torno de sus pretensiones manipuladoras.
Esas posiciones epistemológicas, políticas e idelógicas acreditan y sustentan las finalidades
de la educación, de formación docente, deliberando su calidad, además de sustentar la racionalidad
que fundamenta las políticas educacionales. En este sentido, defendemos que el campo precisa
mantener el rigor epistemológico crítico contra-hegemónico para contribuir a la discusión, con
vistas a la transformación de las políticas públicas, conferiéndoles significados sociales, éticos y
políticos emancipatorios. Entendemos que la vigilancia epistemológica puede mediar e influir en la
constitución de pensamiento que objetive la praxis, haciendo así que la producción de posgrado, en
lo que se refiere a la racionalidad difundida, deje de engrosar las filas de autores ligados a la
epistemología de la práctica, los cuales contribuyen para la definición de la calidad de la educación,
como slogans neoliberales, puestos para ser usados y divulgados en cualquier perspectiva de
trabajos educacionales, conforme Shiroma e Santos (cit por Evangelista, 2014).
Concluímos que es necesario confrontar los indicadores de calidad educacionales que nos
son impuestos por las políticas neoliberales con el objetivo de gerenciar a los profesores y a sus
trabajos, es nuestra funicón superar la reproducción de discursos alientantes en el campo de la
investigación académica, para que dejen de sustentar la lógica neoliberal en la producción y
validación de políticas educacionales. La coyuntura globalizada nos exige construir nuestros
propios indicadores de calidad para la educación que representen un posicionamioento crítico y de
transformación social, personal y social.
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