Page 174 - LIBRO DE ACTAS-II-JORINVEDUC-2016
P. 174
En los inicios del siglo XXI las relaciones sexuales más tempranas, los conflictos de pareja,
la maternidad asistida, el divorcio, la expectativa de vida, los métodos anticonceptivos, la influencia
de los medios de comunicación, los avances tecnológicos, la globalización –en sus dimensiones
políticas, económicas y simbólicas-, el cyber-sex, etc.; aunque constituyen factores de distinto
orden, de una u otra manera, inciden en la conformación y estructuración de nuevas formas
familiares.
Es decir que los cambios macroestructurales que ocurren en la sociedad modifican las
relaciones que se establecen entre los individuos y entre éstos y la comunidad y más
específicamente en la institución que se ocupa tanto del cuidado de la prole como del reaseguro de
la continuidad de la propiedad privada.
Acerca de la institución escuela
Es necesario aludir al modo en que fue pensado el sistema educativo en Argentina. Desde
fines del siglo XIX la educación fue concebida como uno de los factores principales de integración y
de crecimiento nacional. Si bien con diferentes énfasis de acuerdo con las distintas etapas históricas,
existía confianza en cuanto a que el desarrollo del sistema educativo era uno de los pilares
fundamentales de la modernización del país. Al respecto, Tedesco (1993) destaca el papel político
que desempeño el sistema educativo desde fines del siglo XIX: la constitución de la ciudadanía y la
formación para la participación política y la unidad nacional. Con este objetivo se proponía integrar
poblaciones que vivían en regiones diferenciadas económica, social y culturalmente, incorporar a
la cultura e historia nacional e inmigrantes portadores de valores y pautas de comportamiento de
sus países de origen y dotar de un grado de consenso y de hegemonía a un Estado que surgía con
un sustento débil.
Finalmente, la promesa de la educación estatal se basó en un contrato entre escuela y familia
que implicaba la subordinación de la lógica cultural de las familias a la lógica cultural escolar
(Naradowsky, 1999). Se sostiene que en realidad el sistema educativo estatal, más que integrar,
tendía a homogeneizar y a subsumir las modalidades culturales de las familias al “imperio
disciplinador de la escuela” (Puiggros y Romero, 1975). La maquinaria de homogenización y
disciplinamiento, aisló a las familias respecto del sistema escolar público y la función de aquellas se
limitó al apoyo irrestricto a la función docente y al apoyo financiero frente a las deficiencias
presupuestarias del Estado.
Familia y Escuela
La familia tradicional aparece desdibujada, ha perdido sus antiguos puntos de sustentación,
se han venido abajo los grandes pilares que sostenían sus creencias y cimentaban los roles
atribuidos a los diferentes miembros de la familia, por ejemplo: el hombre, en la figura del padre,
no representa la autoridad como pilar de fuerza y poder; la mujer, en la figura de madre, no
representa el amor como pilar de sumisión y abnegación, no representa lo puro y misterioso como
pilar de reproducción… Esta situación le impide saber plantear pautas educativas que respondan a
las necesidades actuales de sus hijos (Gareca, 2002). La familia se encuentra buscando nuevos
pilares donde asentar una nueva identidad.
La escuela, también se encuentra en una situación similar. Los viejos patrones educativos no
le sirven para educar hoy. A merced de los vientos del autoritarismo de ayer y del permisivismo
actual, a veces, se deja hacer… porque no sabe qué hacer. Encerrada en una burocracia asfixiante,
se le hace difícil vivir el sentido comunitario que, proclaman los documentos que la rodean y le exige
174

