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vista metodológico porque se centra en un modelo lineal y gradualista de las historias literarias que
                 se vinculan con una concepción clasista de una escritura culta y con un proceso de transposición
                 del pensamiento europeo a lo americano, tratando de hacer encajar en este orden instituido las
                 creaciones artísticas propias de esta geografía. (Rama, 1975: 95)
                        Las materias del área lingüística contribuyen a la unificación de esta dependencia de lo
                 europeo con la preponderancia en la estructura curricular de las lenguas clásicas: 4 (cuatro) Latín
                 I y II, Griego I y II, Historia de la Lengua que actúa como bisagra entre las Lenguas clásicas, la
                 Gramática y la Lingüística. A esto se agrega que las lenguas clásicas como contemplan contenidos
                 referidos tanto a lengua como a literatura repiten el mito del origen de la lengua y la literatura en
                 lo  clásico,  entendido  como  lo  sólido  que  perdura  a  pesar  de  la  evolución,  donde  se  conjugan
                 supuestos estéticos, éticos, creencias, sistema de valores, etc., configuradores del pensamiento y de
                 las  prácticas  del  lenguaje.  Cultura  clásica  y  literatura  europeizante  resumen  la  especialidad
                 identificante  del  currículum,  es  decir,  los  contenidos  teórico-prácticos  en  relación  con  una
                 disciplina. (Carbone,2003:100). Una hipótesis posible sobre el sentido de esta representación del
                 currículum  es  que  la  universidad  adapta  al  trayecto  universitario  un  modelo  organizacional
                 humanístico pensado para la enseñanza de la literatura en el nivel secundario en 1884, fundante en
                 la constitución de la literatura como disciplina escolar cuyo encuadre histórico, enciclopedista e
                 hispanista  coloca  en  la  base  a  la  literatura  española,  con  una  mirada  puesta  en  las  literaturas
                 clásicas, como antesala de los estudios iberoamericanos en los que se incluye la Literatura Argentina
                 y ubican las literaturas extranjeras en 5to año (Oyuela y Quesada citados por Bombini, 2004: 41).
                        A partir de la última década del siglo XIX se suceden varios cambios de planes de estudios
                 en el nivel secundario que tienen como correlato el acceso a la universidad y cuyos supuestos
                 educativos subsisten en nuestro Plan de Estudios, como por ejemplo la división en ciclos y las ideas
                 rectoras de la reforma promovida en 1905 por el Dr. Matías Calandrelli, referidos a los criterios de
                 ubicación de las materias en la estructura curricular. Este educador consideraba necesaria primero
                 una  literatura  preceptiva,  en  nuestro  caso  Introducción  a  la  Literatura,  generadora  de  saberes
                 previos para el acceso a las otras literaturas. Gustavo Bombini señala que estas ideas reformistas
                 además de instalar el debate sobre los vínculos entre la teoría y la práctica en la enseñanza de la
                 lectura del texto literario, devienen en una política lingüística que subsume la enseñanza de la
                 lengua  a  la  literatura,  con  una  fuerte  tendencia  a  desvalorizar  la  lengua  vernácula.  (Bombini,
                 ibídem: 57). Así lo literario sienta las bases del culto por la “buena expresión” que ideológicamente
                 establece  valoraciones  sociales  entre  los  que  saben  y  no  saben  hablar  o  diferencias  de  clases
                 sociales.
                        También destacamos la influencia de la reforma promovida por Juan Mantovani, opositor
                 del  pensamiento  enciclopedista,  en  los  planes  de  estudio  de  la  Educación  Secundaria  quien
                 establece una caracterización y clasificación de los estudios humanísticos. Establece tres formas:
                 las  humanidades  orientadas  a  las  lenguas  clásicas  o  “muertas”  basadas  en  criterios  estético-
                 literarios, las humanidades modernas con dirección científico-natural que privilegia el área físico-
                 matemática y las humanidades modernas, con dirección científico-espiritual que jerarquiza materias
                 como la historia y la literatura. (Bombini, op.cit., 64) Si tenemos en cuenta estas clases, nuestro Plan
                 de Estudio se acerca a la primera forma de las humanidades, lo que aporta a la comprensión del
                 exceso de materias del área literaria, la modificación de la asignatura Introducción a la Historia por
                 una Historia Social y del Arte y la sentida necesidad expresada en los foros por los estudiantes
                 respecto a la incorporación de una asignatura sobre estética.
                        Otra  marca  de  un  currículum  enciclopedista  y  orientado  a  las  humanidades  clásicas  la
                 visualizamos en la ausencia de materias del área pedagógica y de la formación práctica orientados
                 a la docencia o a la investigación El acento está puesto en los contenidos disciplinares considerados
                 básicos para el acceso a los saberes prácticos, lo que enfatiza también el modelo preceptivo. Esta
                 observación nos lleva a la formulación de otra hipótesis: su estructura desnaturaliza la lógica de un

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