Page 403 - LIBRO DE ACTAS-II-JORINVEDUC-2016
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relación  que  se  puede  generar  entre  estudiantes  y  trabajadores/as.  “Los  chicos  que  vienen  de  la
               facultad a ayudarnos” ó “estos de la facultad que nos hacen perder el tiempo y encima nos dicen lo que
               tenemos que hacer” son expresiones que solemos escuchar o recibir como devolución en diferentes
               experiencias  de  CP.  Estas  “devoluciones  y  lecturas”  generalmente  se  asientan  sobre  la  base  de
               experiencias concretas, pasadas y presentes de los/as trabajadores/as en relación a la universidad,
               los/as estudiantes o intelectuales en general: “distantes, alejados, en una isla”. A partir de este ejemplo
               y  recuperando  la  cita  de  Freire  respeto  del  papel  de  educadores  y  educando  como  sujetos
               cognoscentes,  mediatizados  por  el  objeto  cognoscible,  se  problematiza  justamente  cómo  se
               construye hegemónicamente esta relación y, de alguna manera, cómo  revertir los papeles que se
               asumen.
                      Una  particularidad  a  destacar  de  esta  organización  es  que,  un  número  importante  de
               trabajadores/as integrantes del sindicato son o fueron estudiantes universitarios (y/o terciarios), y,
               algunos/as de ellos/as ya graduados/as y/o aspirando a la culminación de una carrera de grado. Esto
               posibilitaba que muchos/as que conocían el ámbito de la universidad, fuesen hasta críticos/as de la
               formación impartida y permeables a una relación más fluida en lo que refería a la articulación en
               general, y, a la comprensión de las exigencias y los tiempos académicos. Esto no generó, sin embargo,
               que  se  comprendiera  en  su  totalidad  el  rol  y  las  tareas de los/as  estudiantes  durante  el  año de
               prácticas. Generalmente, la relación del movimiento obrero con el movimiento universitario redunda
               en  experiencias  más  puntuales:  charlas,  talleres,  encuestas,  entrevistas,  actividades  de  debate,
               jornadas de análisis y presencia física en ciertos conflictos.  Por tanto, no resulta llamativo que quien
               logra mayormente dimensionar y/o apropiarse de las formas institucionales sean aquellos que hayan
               atravesado por las mismas. Esto, sin duda, expresa que la academia se observa como una ´burbuja´
               de costoso y difícil acceso si no se es parte integrante.
                      A destacar también, los/as trabajadores/as que vivieron la articulación con la universidad
               como un reconocimiento a la lucha y experiencia de su organización, sorprendiéndose de la situación
               de “tener mucho para decir respecto de cómo se organizan los trabajadores”. Una relación de mutuo
               aprendizaje donde los/as trabajadores/as asumieron un rol de socializadores, relatores de historias,
               prácticas  ‘clandestinas’,  acciones  colectivas,  peleas,  enfrentamientos,  avances  y  retrocesos  en  la
               construcción de su herramienta gremial. Trabajadores que, a partir de repensar y reflexionar sobre
               su  cotidianidad  en  el  espacio  de  trabajo,  devinieron  en  historiadores  y  analistas  políticos  que
               compartieron ese conocimiento. A su vez, pusieron en cuestión la justificación estanca de que “sólo
               bajo las paredes y en las aulas de la universidad se produce conocimiento”. Cabe aquí resaltar, siguiendo
               el planteo de Fals Borda, la fortaleza de un proceso investigativo cuando la acción y participación es
               conjunta,  donde  los  saberes  se  amalgaman  y  los  objetivos  de  conocimiento  son  mutuamente
               apropiados.
                      Es así que, durante el proceso de prácticas pre profesionales, reconociendo diferencias en la
               formación política y en el interés de ciertos trabajadores de compartir la propuesta de CP, se intentó
               construir una relación dialógica. Superar los obstáculos a partir de: el acercamiento y conocimiento
               de la organización en sus diferentes niveles, dimensiones y actores; explicitar expectativas propias y
               escuchar las ajenas; compartir y repensar objetivos conjuntamente; socializar implicancias de un CP
               en el marco de la carrera de Trabajo Social; escuchar qué demandas resultaban imperantes y qué
               preocupaciones resultaban prioritarias según sus miradas; trabajar a la par en tareas manuales e
               intelectuales  necesarias  del  momento.  Es  decir,  propuestas  de  trabajo  que  fueron  pensándose  y
               repensándose, a la vez que ejecutándose en conjunto.
                      Mes  a  mes,  durante  el  desarrollo  de  las  prácticas,  se  fue  debatiendo  y  acordando  los
               lineamientos generales con quienes manifestaron tener interés en el trabajo compartido. Surgieron
               así propuestas de actividades, jornadas e investigaciones, etc., de la mano de un trabajo de proyección
               a largo plazo como sindicato, generando lazos y articulaciones con  otras organizaciones y con la
               universidad en particular. Sin embargo, reconocemos que la relación instrumental donde la figura de
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