Page 404 - LIBRO DE ACTAS-II-JORINVEDUC-2016
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la universidad (los/as estudiantes) queda alejada y externa de la realidad cotidiana de los/as
trabajadores, no se revierte de un año para otro, ni siquiera en los más de tres años de trabajo
conjunto. Su problematización y reflexión constituye una parte importante del camino transitado y
por continuar.
De los ‘portadores del saber’ a la coproducción del conocimiento
Educar y educarse, en la práctica de la libertad, no es extender algo desde la "sede del saber" hasta
la "sede de la ignorancia" para "salvar" con este saber, los que habitan en esta.
Paulo Freire (1985: 46)
Reconociendo la lógica impuesta en el marco de las relaciones sociales capitalistas a las
formas de producción, reproducción, distribución y consumo de la ciencia, nos disponemos a dar
sustento a la herramienta prefigurativa de la forma en que consideramos es posible limitar dicha
lógica y avanzar hacia la coproducción del conocimiento.
Partimos compartiendo el profundo análisis realizado por Paulo Freire, en el texto citado a lo
largo de este ensayo, respecto de los ‘portadores del saber’ y las formas adoptadas y ejercidas de
extensión, transmisión, entrega del conocimiento “válido” que al parecer unos/as portan y otros/as
reciben. Sostiene el pedagogo que la mirada extensiva "... indica la acción de extender y de extender
en su regencia sintáctica del verbo transitivo relativo, de doble complementación: extender algo a. En
esta acepción, quien extiende, extiende alguna cosa (objeto directo de acción verbal) a o hasta alguien
(objeto indirecto de la acción verbal) aquel que recibe el contenido del objeto de la acción verbal"
(ídem: 11). El autor advierte que podría decirse que esto es purismo lingüístico, desconociendo la
fuerza operacional de los conceptos y agrega “cuando alguien hace esta afirmación insiste en no
querer reconocer la connotación real del término extensión” (ídem: 12).
Dicha concepción mantiene el monopolio de la universidad como “templo del saber” y el
conocimiento científico como único conocimiento “válido”. De esta forma, se niega el valor que
puedan tener los conocimientos y las experiencias de los sectores sociales que no participan hoy
directamente de la vida universitaria (sectores tradicionalmente relegados de los ‘intereses
inmediatos’ de la universidad y el sistema científico y, a la vez, profundamente necesitados de
políticas de cambio).
Resulta interesante incluir aquí una breve síntesis de las conclusiones establecidas por el
sociólogo del Taller de Estudios Laborales (TEL) 212 Daniel Ximénez Saéz a propósito del trabajo
conjunto entre cientistas sociales y sindicatos: “El [problema] más urgente quizás sea el de la relación
con los científicos sociales. Tradicionalmente éstos se presentaron como los portadores y censores
legitimados de los contenidos del "saber" (…) quizás una apropiación "obrera" de la ciencia y la
tecnología sólo pueda darse en el ámbito en que esta se genera y por lo tanto supone protagonismo
obrero y sindical en la producción de conocimiento. Quizás sea necesario también, llevar hasta sus
últimas consecuencias la crítica al hábito de "bajar línea" que tienen muchos profesionales que
asesoran al movimiento sindical. El saber social vinculado a estos temas requiere más de
problematización, crítica, discusión y elaboración grupal, que de transmisión. Juntos debemos
encontrar modos propiamente obreros de conocer (colectivos, experiencias, utilitarios, polémicos) y
todos que rompan la dicotomía militancia/ciencia. Las metodologías utilizadas para aproximarse al
conocimiento tal vez sean más importantes que los contenidos”.
Al calor de estos debates, recuperando lo superador de las sistematizaciones sobre
investigación/participación/militancia y, con profunda convicción que es posible otro tipo de
212 www.tel.org.ar
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