Page 579 - LIBRO DE ACTAS-II-JORINVEDUC-2016
P. 579

legítimas sus prácticas, y paralelamente se niega el saber popular y la construcción pedagógica de su
               praxis.
                      Se entiende que, en esa pirámide, el intelectual universitario tiene el privilegio de acceder a
               la teoría estricta y formalizada, ya sea porque la entiende, la conoce o la produce.  Lo que no cumple
               esas reglas no es teoría y, por lo tanto, no tiene espacio en el universo del conocimiento, de un
               conocimiento que, en nuestra sociedad capitalista, solo puede ser científico- académico.  Sin embargo,
               a pesar de la pretensión de verdad del conocimiento, en términos absolutos, no existen.
                      En todo caso, lo que sí existe, son diferentes niveles de racionalidad, de lógicas y de reflexión,
               lo que implica la existencia de diferentes niveles en el conocimiento, todos y cada uno de ellos válidos,
               dependiendo del lugar social que ocupan los sujetos, de sus experiencias, de sus intereses y de sus
               necesidades.
                      El saber y el conocimiento implican procesos diversos de reflexión y construcción teórica;
               entendida  la  teoría  como  la  potencialidad  y  posibilidad  real  de  los  sujetos  de  explicar  los
               acontecimientos que ocurren en la realidad y los sentidos con los cuales intervienen en ella. Ese
               acercamiento también construye un empoderamiento, que en la E.P. parte de la consideración según
               la cual la producción de saber y conocimiento se da como reflexión, como construcción de sentido; y
               fundamentalmente, como transformación, diferenciándose de las posturas que la consideran como
               un proceso transmisor que replica y reproduce la dominación y la exclusión dentro del terreno del
               conocimiento y el saber .
                                     7
                      Por  lo  tanto,  desde  el  punto  de  vista  de  los  encuentros  de  educadores,  y  sus  distintos
               momentos  a  través  del  tiempo,  la  búsqueda  de  un  saber  académico  fue  direccionando  hacia  la
               construcción de procesos de transformación y de reflexión del sujeto sobre sí mismo; es decir, cada
               educador reconstruyendo su propia experiencia y desde allí re-construyendo su identidad. Rearmar
               la experiencia implica visualizar que todo sujeto tiene una representación de su entorno, objetos y
               fenómenos,  a  los  que  les  da  una  determinada  explicación  y  son  esas  representaciones  y  esas
               explicaciones las que trae a su conciencia para organizarlas y ponerlas en común con otros. El proceso
               educativo de la educación popular permite así una primera síntesis individual en la cual cada sujeto
               reconoce su saber, lo organiza y lo confronta con los saberes de los demás. En ese primer momento,
               el individuo se empieza a reconocer como ser humano senti-pensante y reflexivo (Fals,1986-1998),
               saliendo del nivel de la pura experiencia y evidenciando cómo es capaz de sentir, de pensar, de
               analizar y de abstraer a partir de su propia vida. De esta manera, reconstruye su experiencia, la
               reflexiona y, finalmente, la organiza como génesis de esa estructuración del mundo en el que actúa
               para hacer posible la acción, reconociendo la manera como hace y construye sentido.

               Conclusión
                      Los  Movimientos  Sociales  históricamente  han  presentado  prácticas  reivindicativas  y
               contraculturales ante las dificultades y adversidades que le presenta la coyuntura. La demanda que
               presenta el día a día lleva a no poder reflexionar las prácticas diarias como propias de la educación
               popular, el poder empoderarse de la producción de conocimiento en colectivo entre otras. Así, todo
               encuentro  que  fomente  la  participación  colectiva  potenciando  a  las  prácticas  educativas  y  el
               reconocimiento de las dificultades que disiente de las prácticas meramente asistencialistas se hacen
               indispensables en las trayectorias de estos espacios.
                      Aun así algunas tensiones y desafíos que se presentan son: socialización de lo producido
               dentro de los movimientos sociales para la prosecución de los encuentros, participación activa y
               periódica de los miembros de los actores (miembros de los espacios y de la universidad), apropiación
               de los espacios en pos de desmitificación de conceptos que funcionan como dogmas, evaluación y
               divulgación de lo producido, apertura del espacio, entre otros.


               7  Mejía, Marco Raúl, Awad, Myriam Inés. (2003) Educación popular hoy. Bogotá. Ediciones Aurora. (p. 20).   579
   574   575   576   577   578   579   580   581   582   583   584