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legítimas sus prácticas, y paralelamente se niega el saber popular y la construcción pedagógica de su
praxis.
Se entiende que, en esa pirámide, el intelectual universitario tiene el privilegio de acceder a
la teoría estricta y formalizada, ya sea porque la entiende, la conoce o la produce. Lo que no cumple
esas reglas no es teoría y, por lo tanto, no tiene espacio en el universo del conocimiento, de un
conocimiento que, en nuestra sociedad capitalista, solo puede ser científico- académico. Sin embargo,
a pesar de la pretensión de verdad del conocimiento, en términos absolutos, no existen.
En todo caso, lo que sí existe, son diferentes niveles de racionalidad, de lógicas y de reflexión,
lo que implica la existencia de diferentes niveles en el conocimiento, todos y cada uno de ellos válidos,
dependiendo del lugar social que ocupan los sujetos, de sus experiencias, de sus intereses y de sus
necesidades.
El saber y el conocimiento implican procesos diversos de reflexión y construcción teórica;
entendida la teoría como la potencialidad y posibilidad real de los sujetos de explicar los
acontecimientos que ocurren en la realidad y los sentidos con los cuales intervienen en ella. Ese
acercamiento también construye un empoderamiento, que en la E.P. parte de la consideración según
la cual la producción de saber y conocimiento se da como reflexión, como construcción de sentido; y
fundamentalmente, como transformación, diferenciándose de las posturas que la consideran como
un proceso transmisor que replica y reproduce la dominación y la exclusión dentro del terreno del
conocimiento y el saber .
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Por lo tanto, desde el punto de vista de los encuentros de educadores, y sus distintos
momentos a través del tiempo, la búsqueda de un saber académico fue direccionando hacia la
construcción de procesos de transformación y de reflexión del sujeto sobre sí mismo; es decir, cada
educador reconstruyendo su propia experiencia y desde allí re-construyendo su identidad. Rearmar
la experiencia implica visualizar que todo sujeto tiene una representación de su entorno, objetos y
fenómenos, a los que les da una determinada explicación y son esas representaciones y esas
explicaciones las que trae a su conciencia para organizarlas y ponerlas en común con otros. El proceso
educativo de la educación popular permite así una primera síntesis individual en la cual cada sujeto
reconoce su saber, lo organiza y lo confronta con los saberes de los demás. En ese primer momento,
el individuo se empieza a reconocer como ser humano senti-pensante y reflexivo (Fals,1986-1998),
saliendo del nivel de la pura experiencia y evidenciando cómo es capaz de sentir, de pensar, de
analizar y de abstraer a partir de su propia vida. De esta manera, reconstruye su experiencia, la
reflexiona y, finalmente, la organiza como génesis de esa estructuración del mundo en el que actúa
para hacer posible la acción, reconociendo la manera como hace y construye sentido.
Conclusión
Los Movimientos Sociales históricamente han presentado prácticas reivindicativas y
contraculturales ante las dificultades y adversidades que le presenta la coyuntura. La demanda que
presenta el día a día lleva a no poder reflexionar las prácticas diarias como propias de la educación
popular, el poder empoderarse de la producción de conocimiento en colectivo entre otras. Así, todo
encuentro que fomente la participación colectiva potenciando a las prácticas educativas y el
reconocimiento de las dificultades que disiente de las prácticas meramente asistencialistas se hacen
indispensables en las trayectorias de estos espacios.
Aun así algunas tensiones y desafíos que se presentan son: socialización de lo producido
dentro de los movimientos sociales para la prosecución de los encuentros, participación activa y
periódica de los miembros de los actores (miembros de los espacios y de la universidad), apropiación
de los espacios en pos de desmitificación de conceptos que funcionan como dogmas, evaluación y
divulgación de lo producido, apertura del espacio, entre otros.
7 Mejía, Marco Raúl, Awad, Myriam Inés. (2003) Educación popular hoy. Bogotá. Ediciones Aurora. (p. 20). 579

