Page 96 - LIBRO DE ACTAS-II-JORINVEDUC-2016
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de la Mate parece producirse predominantemente mediante relaciones radiales con cada docente
                 del  ciclo  y  con  la  conducción,  lo  que  implica  la  comunicación  de  a  dos  (Mate-directora;  Mate-
                 Maestra/o de grado) por sobre los intercambios grupales. Los encuentros colectivos, que existen
                 en la práctica e incluso potenciados a partir de la incorporación de la Mate a la escuela, parecerían
                 operar para la comunicación de tareas pendientes, así como para la disposición de propuestas para
                 abordarlas. Es ineludible considerar que la imposibilidad de reunir a todos los docentes del ciclo en
                 un mismo momento, así como la brevedad del tiempo que se dispone para agrupar a algunos de
                 ellos  con  la  Mate  constituye  un  obstáculo  para  que  allí  se  puedan  producir  discusiones  e
                 intercambios sobre asuntos complejos que exigirían una mayor frecuencia y duración. Discusiones
                 que, posiblemente, permitirían pensar y elaborar acuerdos que hagan de la tarea de enseñar una
                 responsabilidad compartida, colectiva.
                        Es en este marco en el que es posible comprender que el propio desempeño por parte de los
                 maestros y maestras en el caso considerado parezca vivirse y cuidarse fundamentalmente como
                 una práctica íntima y privada. Mientras que la intimidad remitiría a la visibilidad de lo que ocurre
                 en el aula, la privacidad referiría a la toma de decisiones respecto del diseño y desarrollo de las
                 propuestas de enseñanza que allí tienen lugar. Puede pensarse, en esta línea, que la inscripción de
                 la Mate en su rol se produce resguardando estos aspectos más que desafiándolos. La presencia de
                 la maestra acompañante en las aulas es posible en la medida en que asegura la intimidad, en tanto
                 los demás actores escolares (fundamentalmente la dirección) no sabrán lo que allí ocurre o solo en
                 parte (y nunca una parte que se considere negativa o riesgosa para la imagen del docente del grado),
                 lo que incluye operaciones de selección y recorte en el registro y comunicación de las prácticas
                 áulicas cotidianas.
                        Al mismo tiempo, la privacidad de la enseñanza parece conservarse en la medida en que
                 sigue siendo cada docente quien, atendiendo a determinaciones curriculares y a las producidas por
                 el equipo directivo y contando con las propuestas facilitadas por la Mate, define la construcción de
                 las propuestas didácticas. En relación estricta con las ofertas de la Mate, las decisiones sobre la
                 enseñanza  parecen  ser  un  asunto  de  “libre  conciencia”  de  cada  maestro,  que  solo  pueden
                 acompañarse con el ofrecimiento de proyectos o el complemento con otra forma de enseñar un
                 mismo tema.
                        En línea con lo anterior, interesa destacar que las entrevistas mantenidas con los distintos
                 docentes  del  ciclo  parecen  revelar  prácticas,  dispositivos,  invenciones  y  reflexiones  sobre  su
                 quehacer en el aula que, mayormente, remiten a un ejercicio individual o bien compartido con
                 aquellos colegas más allegados, en intercambios informales. Si bien algunas decisiones pedagógico-
                 didácticas tales como la organización permanente de los alumnos en grupos o la inexistencia de
                 útiles individuales sino compartidos por cada uno de los grupos de chicas/os se encuadran en
                 determinaciones del equipo de conducción, el desarrollo didáctico de cada uno de los temas parece
                 ser fundamentalmente un asunto de cada maestro/a.
                        En segundo lugar, se evidencia la convivencia en un mismo espacio institucional de marcos
                 de  significado  diferentes  en  torno  a  la  noción  de  trayectoria  escolar,  en  relación  con  las
                 responsabilidades y posibilidades de la escuela y en particular del trabajo docente para garantizar,
                 desde la enseñanza, la continuidad y los aprendizajes de los chicos. Algunos docentes perciben a
                 aquellos alumnos que no abordan con éxito la vida escolar – ya sea en relación con los aprendizajes
                 como así también respecto de la disciplina en el aula o de las rutinas escolares – como sujetos que
                 deben modificar ciertas características, para lo cual es necesario el compromiso de otros actores
                 como la dirección o sus respectivas familias. Desde estos mismos posicionamientos, los cambios en
                 algunas reglas del formato escolar tradicional son vividos como una ausencia de reglas:
                 “D: No, no hay apoyo de la dirección. No, uno lo tiene que resolver como puede, el maestro tiene que
                 resolverlo, porque la dirección sí, citás al padre, por ahí viene la directora, charla un rato con el padre,
                 pero las estrategias las tiene…el que está en el grado es uno, las tiene que resolver…

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