Page 65 - Viaje A Un Planeta Wu-Wei - Gabriel Bermudez Castillo
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Viaje a un plan eta Wu -Wei Gabri e l Berm údez Casti llo
el ancho sol, comenzó a girar alrededor del cohete, en
el sentido de las agujas del reloj... Era imposible hacer
nada; los motores continuaban funcionando,
disminuyendo algo la veloz caída, y no se atrevía a
usar aún el paracaídas, por temor a que se desgarrase...
La Tierra parecía ascender hacia él, curvándose y
retorciéndose, y cambiando continuamente de forma.
Las montañas lejanas subían, aumentando de tamaño,
los bosques se disgregaban en manchas verdosas
intercaladas con valles estériles, las cintas de plata
comenzaban a mostrar afluentes e irregularidades... De
pronto, en el horizonte, apareció algo monstruoso que
destacaba como una mancha de tinta sobre el agreste
paisaje. Sergio, emocionado, se inclinó hacia adelante.
como si con eso pudiera ver mejor. La forma
monolítica de un tronco de pirámide, cuadrangular en
su base y en su cima, con los lados ligeramente
inclinados, sobrepasando en altura a la más alta de las
montañas, corría hacia él, arrastrada por el giro
incesante de la superficie terrestre... Sus flancos, de una
negrura de ébano, no mostraban ninguna
irregularidad ni abertura, y sin embargo, la luz del sol
no se reflejaba en ellas, muriendo bruscamente en
aquellas gigantescas superficies planas...
Pasó bajo él, pareciendo que iba a rozar el casco de la
nave. Repentinamente, con una tos, los motores
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