Page 69 - Viaje A Un Planeta Wu-Wei - Gabriel Bermudez Castillo
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Viaje a un plan eta Wu -Wei                               Gabri e l Berm údez Casti llo


            se deslizaba reptando entre las piedrecillas.


               Iba  encontrándose  mejor;  si  no  más  fuerte,  por  lo

            menos, más animado. Estaba vivo y entero, y eso era lo


            bastante. Recogió la calculadora y el libro, que guardó

            en un bolsillo, y arrojó por la abertura los paquetes de

            DAFOOD  y  las  seis  botellas  de  agua  que  quedaban


            intactas. Después, arrastrándose y retorciéndose, trató

            de seguirlas. Le costó trabajo; el hueco que quedaba

            entre el terreno y la nave era más estrecho de lo que


            parecía, y durante un segundo se le heló la sangre en

            las venas cuando la redonda navecilla efectuó un ligero

            movimiento, amenazando con aplastarle bajo su peso.


            Pero, por fin, a costa de un par de golpes y de alguna

            despellejadura, consiguió salir del cohete y ponerse en

            pie.



               Se  encontraba  en  medio  del  bosque,  rodeado  de

            árboles de añoso tronco que alzaban sus copas hacia el

            sol. Este penetraba difícilmente a través de las densas


            masas  de  follaje,  iluminando  a  veces  la  nave  y  el

            terreno  circundante.  El  suelo  estaba  cubierto  de


            matorrales y de plantas diversas. Había macizos con

            hojas  amarillas  y  verdes  de  ancho  envés  barnizado,

            terminadas  en  una  aguzada  punta;  matojos  de


            pequeñas hojas oscuras, con glóbulos rojos brillantes,

            espesas  capas  de  enredaderas  que  se  tendían  de  un

            lado a otro entre los robustos troncos... Un pequeño


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