Page 66 - Viaje A Un Planeta Wu-Wei - Gabriel Bermudez Castillo
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Viaje a un plan eta Wu -Wei Gabri e l Berm údez Casti llo
dejaron de funcionar, volvieron a hacerlo, se
interrumpieron, y por fin, continuaron de nuevo, pero
produciendo un zumbido extraño, rasposo.
Sergio se encontró con las manos aferradas a los
brazos de la butaca, tan fuertemente, que las yemas de
los dedos le dolían. Repentinamente, se soltó, cortó el
motor, y cerrando los ojos, tiró del interruptor del
paracaídas. Hubo un «plaf» apagado en la parte trasera
del vehículo... el silbido disminuyó, siendo sustituido
por una especie de violento aleteo. Por fin hubo un
violento tirón procedente de la parte trasera, y la Tierra
entera parecó danzar a su alrededor. El morro de la
nave de encabritó y luego cayó de plomo, causando a
Sergio una intensa sensación de mareo. Caía... Caía en
vertical, más rápidamente de lo que había pensado, y
el suelo estaba tan cerca que se dio cuenta de que iba a
chocar con él de un momento a otro... Se dirigía
rectamente a un valle bosco, lleno de copudos árboles,
que vistos desde arriba parecían gruesas motas de
algodón verde. Un río lo atravesaba; al principio, una
cinta rielante de luz; luego, al cabo de unos instantes,
un ancho camino azul y blanco; más tarde, un líquido
revoltijo de espumas y rocas... Las ramas rozaron con
sonido raspante en los lados del cohete; hubo como un
estallido, un choque brutal, un rodar apresurado...
durante unos segundos Sergio no supo qué había
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