Page 334 - El Crecimiento Sostenible en RD
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Proceso de formulación de políticas públicas C A P Í T U LO 1 6 CUADRO 16.1 ? PARTIDISMO Y FORMACIÓN De modo que solo cabe preguntarse si los partidos
ACADÉMICA EN LA REPÚBLICA DOMINICANA que siguen explotando el sistema de repartición del
(2004) botín electoral acabarán o no por socavar su propia
viabilidad y, de ser así, cuánto tardarán en hacerlo.
Formación PLD PRD PRSC Total Ambas preguntas tienen que ver con el asunto de
académica/partido 1.040 las políticas públicas, dado que es probable que las
Primaria 56% 71% 75% 484 iniciativas de mejoramiento de la educación socaven
(606) (258) (176) 158 el círculo vicioso del desgobierno en países como la
Secundaria 1.682 República Dominicana (véase Knack, 2002) y que re-
33% 21% 21% sulten decididamente más e?caces si sus defensores
Terciaria (360) (75) (49) pueden, al mismo tiempo, alargar la vida útil de los
actores políticos claves.
Total 11% 8% 4%
(118) (31) (9) 16.4 Opciones de política
1.084 364 234 Las patologías del PFP de la República Dominicana son
producto y manifestación de un círculo de políticas
Fuente: LAPOP (2004). viciadas que probablemente sea especialmente difícil
A?liación a un partido por formación académica: X2 = 49.14; p < 0.0001 de romper, dado que las instituciones que lo sostie-
nen son endógenas a los intereses y las capacidades
a resultar atrayente a la clase media. Así, Rosario de los principales actores involucrados. No se trata
Espinal ubica el origen de los triunfos electorales re- simplemente de una situación en la que los actores
cientes del PLD no en el clientelismo únicamente sino claves estén uniformemente o, incluso, ampliamente
también, en parte, en la combinación de intereses comprometidos con la modi?cación del sistema, sino
particulares, que resultan especialmente atrayentes que carecen de la aptitud y la capacidad necesarias
para los pobres, y en intereses de tipo macroeconó- para hacerlo; por el contrario, los actores claves pien-
mico, que son especialmente pronunciados entre la san que no tienen más opción que defender y explotar
clase media. “Esto es comprensible por la crisis eco- el sistema, so pena de derrota electoral.
nómica de 2003–2004, aún fresca en la memoria de
muchos votantes”, escribe Espinal. “Pero no siempre Sin embargo, el sistema tradicional no está exento
será así” (Espinal, 2008). de costos ni peligros y, por lo tanto, la época actual
podría ofrecer a los partidarios de la reforma cierto
Según Espinal, en su empeño por captar votantes vo- espacio de maniobra. ¿Qué razón podrían tener los
lubles con alicientes de corte particularista, los políti- políticos dominicanos actuales para estar más dis-
cos del PLD podrían llegar incluso a alienar a su base puestos a la reforma hoy en día que en el pasado? En
profesional, preparando así el escenario para su propio primer lugar, el sistema de repartición del botín elec-
declive (Warner, 1997). Después de todo, el creciente toral es in?acionario (véase Scott, 1972) y en la medida
número de estudios publicados sobre la demanda de que los triunfos electorales dependan cada vez más
clientelismo hace pensar que los votantes con forma- de los votos de profesionales que desean estabilidad
ción académica se dejan llevar menos por los atrac- macroeconómica así como de quienes quieren partici-
tivos particularistas (Knack, 2002; Kurtz, 2004). Datos par en proyectos clientelistas, la estrategia tradicional
tomados de encuestas efectuadas en la República Do- de fomento incesante del clientelismo podría llegar a
minicana dejan entrever una correlación inversa entre
el nivel de formación académica y las inquietudes so-
bre la honradez de la administración pública a nivel del
individuo13. Paralelamente, hay que hacer notar que en
la República Dominicana la formación académica está
experimentando una expansión sin precedentes.
13 Por ejemplo, datos del Proyecto de Opinión Pública de América Latina (LAPOP, 2006) revelan que el porcentaje de dominicanos
con formación universitaria que señalaron la “corrupción” como el problema más grave (5,1%) en 2006 fue superior al doble
del porcentaje de dominicanos sin formación universitaria que lo hicieron (n = 1,489; X2 = 4.8; p = .03).
324 La ruta hacia el crecimiento sostenible en la República Dominicana

