Page 126 - La muerte de Artemio Cruz
P. 126
tú elegirás permanecer allí con Bernal y Tobías, seguir su suerte, no llegar a ese
patio ensangrentado a justificarte, a pensar que con la muerte de Zagal lavaste la de tus
compañeros
tú no visitarás al viejo Gamaliel en Puebla tú no tomarás a Lilia cuando regrese esa
noche, no pensarás que nunca podrás tener, ya, a otra mujer
tú romperás el silencio esa noche, le hablarás a Catalina, le pedirás que te perdone,
le hablarás de los que murieron por ti, le pedirás que te acepte así, con esas culpas, le
pedirás que no te odie, que te acepte así
tú te quedarás con Lunero en la hacienda, nunca abandonarás ese lugar
tú permanecerás al lado del maestro Sebastián —cómo era, cómo era—, no irás a
unirte a la revolución en el norte,
tú serás un peón
tú serás un herrero
tú quedarás fuera, con los que quedaron fuera
tú no serás Artemio Cruz, no tendrás setenta y un años, no pesarás setenta y nueve
kilos, no medirás un metro ochenta y dos, no usarás dientes postizos, no fumarás
cigarrillos negros, no usarás camisas de seda italiana, no coleccionarás mancuernillas,
no encargarás tus corbatas a una casa neoyorquina, no vestirás esos trajes azules de
tres botones, no preferirás la cachemira irlandesa, no beberás ginebra con tónica, no
tendrás un Volvo, un Cadillac y una camioneta Rambler, no recordarás y amarás ese
cuadro de Renoir, no desayunarás huevos poché y tostadas con mermelada Blackwell's,
no leerás un periódico de tu propiedad todas las mañanas, no ojearás Life y Paris Match
algunas noches, no estarás escuchando a tu lado esa incantación, ese coro, ese odio que
te quiere arrebatar la vida antes de tiempo, que invoca, invoca, invoca, invoca lo que tú
pudiste imaginar, sonriendo, hace poco y ahora no tolerarás:
De profundis clamavi
De profundis clamavi
Mírame ya, óyeme, alumbra mis ojos, no me duerma en la muerte / Porque el día
que de él comas ciertamente morirás / No te alegres de la muerte de uno, acuérdate de
que todos morimos / La muerte y el infierno fueron arrojados al estanque de fuego y
ésta fue la segunda muerte / Lo que temo, eso me llega, lo que me atemoriza, eso me
posee / Cuán amarga es tu memoria para el hombre que se siente satisfecho con sus
riquezas /¿Se te han abierto las puertas de la muerte? / Por la mujer tuvo principio el
pecado y por ella morimos todos /¿Has visto las puertas de la región tenebrosa? / Bueno
es tu fallo para el indigente y agotado de fuerzas / ¿Y qué frutos obtuvieron entonces?
Aquellos de los que ahora se avergüenzan, porque su fin es la muerte / Porque el apetito
de la carne es muerte:
palabra de Dios, vida, profesión de la muerte:
de profundis clamavi, domine,
omnes eodem cogimur, omnium versatur urna
quae quasi saxum Tantalum semper impendet
quid quisque vitet, nunquam homini satis cautum est in horas
mors tanem inclusum protrahet inde caput
nascentes morimur, finisque ab origine pendet
atque in se sua per vestigia volvitur annus
omnia te vita perfuncta sequentur
E-book descargado desde http://mxgo.net Visitanos y baja miles de e-books Gratis /Página 126

