Page 136 - COELHO PAULO - El Demonio Y La Srta Prym 4.RTF
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hombres que se mantuvieran a una cierta distancia,
                   y se le acercó solo.
                   -Buenas tardes -dijo ella-. Contempla esta
                   naturaleza tan maravillosa: en ella se refleja la
                   grandeza de Dios.
                            "Me matarán, pero les dejaré todo el
                   sentimiento de culpa del mundo."
                   -Lo dices porque no te imaginas el Paraíso
                   -respondió el cura, pero ella notó que su flecha
                   lo había alcanzado, y que luchaba por conservar la
                   sangre fría.
                   -No sé si es tan bello, ni siquiera tengo la
                   certeza de que exista; ¿ha estado allí alguna vez,
                   señor cura?
                   -Aún no. Pero conozco el infierno, y sé que es
                   terrible, a pesar de que parezca muy atrayente
                   visto desde fuera.
                            La mujer comprendió que se refería a Viscos.
                   -Se equivoca, señor cura. Usted ha estado en el
                   Paraíso, pero no ha sabido reconocerlo. Como
                   sucede con la mayoría de las personas de este
                   mundo, que buscan el sufrimiento en los lugares
                   más alegres, porque creen que no merecen la
                   felicidad.
                   -Al parecer, todos los años que has pasado aquí
                   te han hecho más sabia.
                   -Hacía mucho tiempo que nadie venía a charlar
                   conmigo y ahora, curiosamente, todos se han
                   acordado de que existo. Imagínese que ayer por la
                   noche la dueña del hotel y la mujer del alcalde me
                   honraron con su visita, y hoy viene a verme el
                   párroco de la aldea; ¿me habré vuelto una persona
                   importante?
                   -Mucho -dijo el sacerdote-. La más importante
                   de la aldea.
                   -¿He heredado algo?
                   -Diez lingotes de oro. Hombres, mujeres y
                   niños, y las generaciones del futuro te estarán
                   muy agradecidas. Incluso es posible que erijan una
                   estatua en homenaje a tu persona.
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