Page 140 - COELHO PAULO - El Demonio Y La Srta Prym 4.RTF
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cautelosos, la primera etapa en la que se haría
amigo de la gente del pueblo, la segunda etapa, en
la que sembraría el terror y la confusión. Pensaba
hacer con los demás lo que Dios había hecho con
él. Dios le había dado el Bien y después le había
lanzado a un abismo, y él quería que los demás se
encontraran en la misma situación.
Se cuidó de los más mínimos detalles, menos
de uno: jamás pensó que su plan funcionaría. Tenía
la certeza de que, cuando llegase la hora de la
verdad, un simple "no" cambiaría la historia, que
una persona se negaría a cometer el crimen y
bastaba con una sola persona para demostrar que no
todo estaba perdido. Si una persona salvaba la
aldea, el mundo se habría salvado, la esperanza
aún sería posible, la bondad era más fuerte, los
terroristas no eran conscientes del daño que
hacían, el perdón acabaría triunfando y sus días
de sufrimiento serían sustituidos por un recuerdo
triste, con el que podría aprender a convivir, y
buscaría de nuevo la felicidad. Por este "no" que
le hubiera gustado escuchar, la aldea habría
recibido sus diez lingotes de oro, independientemente
de la apuesta que había hecho con la chica.
Pero su plan había fallado. Y ya era tarde,
no podía cambiar de idea.
Llamaron a la puerta.
-¡Venga! -Era la voz de la dueña del hotel-. Ha
llegado la hora.
-Bajo en seguida.
Se puso el abrigo y se reunió con ella en el
bar.
-Traigo el oro -dijo-. Pero, para evitar malentendidos,
tenga en cuenta que hay personas que conocen mi
paradero.
Si deciden cambiar de víctima, pueden estar seguros
de que la policía vendrá a buscarme aquí; usted misma
me oyó hacer varias llamadas.
La dueña del hotel asintió con la cabeza.

