Page 41 - A orillas del río Piedra me senté y lloré
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Los dioses juegan a los dados, y liberan el Amor de su jaula. Esa fuerza
                  que puede crear o destruir, según la dirección en que esté soplando el viento
                  en el momento en que sale de su prisión.

                         Por ahora el viento soplaba hacia el lado de él. Pero los vientos son tan
                  caprichosos como los dioses y, en el fondo de mi ser, empezaba a sentir algu-
                  nas ráfagas.
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