Page 95 - A orillas del río Piedra me senté y lloré
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— Porque el papa, lo mismo que Teresa y muchas otras personas, esta-
                  ba pensando en lo mismo —concluí.
                         Así como Bernadette no conocía la decisión del Vaticano, así como los
                  monos de otras islas no podían saber del experimento que se estaba realizan-
                  do, así como María Teresa de Jesús y Teresa no sabían lo que estaba pen-
                  sando una y otra.

                         Algo empezaba a tener sentido.
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