Page 31 - 13 EL MERCADER DE VENECIA--WILLIAM SHAKESPEARE
P. 31

corrupción! ¡Si fuera posible que los honores se adquirieran siempre
                             por el mérito del que los obtiene! ¡Cuántos hombres andarían
                             vestidos que ahora van desnudos! ¡Cuántos son mandados que
                             mandarían! ¡Cuánta baja rusticidad se encontraría al separar el buen
                             grano del verdadero honor, y cuánto honor se recogería entre los
                             escombros y las ruinas hechas por el tiempo, para restituirle a su
                             antiguo esplendor! ¡Bien, hagamos nuestra elección! Quien me escoja
                             obtendrá tanto como merece. Me detengo ante el mérito. Dadme la
                             llave de este cofrecito, y abramos inmediatamente la puerta de mi
                             fortuna. (Abre el cofrecito de plata.)
                             PORCIA.-  Pausa excesivamente larga para el objeto que encontráis
                             ahí dentro.
                             PRÍNCIPE DE ARAGÓN.-  ¿Qué es esto? El retrato de un idiota
                             parpadeando que me ofrece un rollo. Voy a leerlo. ¡Oh, cuán
                             diferente eres tú de Porcia! ¡Cuán diferente de mis esperanzas y de
                             mi mérito! Quien me escoja obtendrá tanto como merece. ¿Es que no
                             merezco nada mejor que una cabeza de idiota? ¿Es esto todo lo que
                             valgo? ¿Mis dotes no tienen más precio?
                             PORCIA.-  Ofender y juzgar son dos actos distintos y de naturaleza
                             opuesta.
                                   PRÍNCIPE
                                   DE ARAGÓN
                                         ¿Qué hay escrito?
                                          (Lee.)
                                         El fuego ha probado siete veces este metal;
                                         siete veces también ha sido probado el juicio
                                         de quien no ha errado nunca al escoger.
                                         Los hay que abrazan a las sombras,
                                         y esos poseen una dicha de sombras.
                                         Existen, lo sé, imbéciles vivientes,
                                         plateados al exterior; este era uno de ellos.
                                         Casaos con la mujer que os plazca.
                                         Mi cabeza será siempre la vuestra.
                                         Partid, pues, de aquí; estáis despedido.
                                         Mientras más tiempo permanezca en estos lugares, más
                                         insensato pareceré en ellos. He venido con una cabeza de
                                         necio para contraer matrimonio y me vuelvo con dos.
                                         ¡Adiós, encantadora! Mantendré mi juramento y soportaré
                                         pacientemente mi desgracia.





                             (Sale con su séquito.)

                             PORCIA.-  Así la falena se ha quemado en la luz. ¡Oh, esos idiotas
                             de reflexiones profundas! Cuando han de elegir tienen la sabiduría
                             de perder a fuerza de talento.
                             NERISSA.-  No es una herejía el antiguo refrán que dice: «Matrimonio
   26   27   28   29   30   31   32   33   34   35   36