Page 42 - 13 EL MERCADER DE VENECIA--WILLIAM SHAKESPEARE
P. 42

os he comprado caro, os amaré raramente. Pero dejadme que oiga la
                             carta de vuestro amigo.
                             BASSANIO.-   (Leyendo.)  «Mi querido Bassanio: mis barcos se han
                             perdido todos; mis acreedores se muestran crueles; mi fortuna está
                             en lo más bajo; mi pagaré suscrito al judío no ha sido satisfecho en
                             su plazo, y como no pagándole es imposible que yo viva, todas
                             vuestras deudas conmigo quedarán saldadas con sólo que os vea antes
                             de morir. Sin embargo, obrad como os sea más agradable, y que mi
                             carta no os obligue a venir, si vuestra amistad no llega a induciros
                             a ello.»
                             PORCIA.-  ¡Oh, querido, despachad todos vuestros asuntos y partid!
                             BASSANIO.-  Puesto que me dais permiso para partir, voy a obrar con
                             diligencia; pero creed que, hasta mi regreso, ningún lecho será
                             culpable de mi retraso, ningún descanso vendrá a interponerse entre
                             nosotros dos. (Salen.)



                             Escena III




                             Venecia. -Una calle.



                             Entran SHYLOCK, SALARINO, ANTONIO y un carcelero.

                             SHYLOCK.-  Carcelero, vigiladle. No me habléis de clemencia; ahí
                             está el imbécil que prestaba dinero gratis. Carcelero, vigiladle.
                             ANTONIO.-  Escuchadme aún, mi buen Shylock.
                             SHYLOCK.-  Quiero que las condiciones de mi pagaré se cumplan; he
                             jurado que serían ejecutadas. Me has llamado perro cuando no tenías
                             razón ninguna para hacerlo; pero, puesto que soy un perro, ten
                             cuidado con mis dientes. El dux me otorgará justicia. Me extraña,
                             inútil carcelero, que seas lo bastante idiota para salir con él
                             cuando te lo pide.
                             ANTONIO.-  Te lo ruego, escúchame.
                             SHYLOCK.-  Quiero que se cumplan las condiciones de mi pagaré; no
                             quiero escucharte; por consiguiente, no me hables más. No haréis de
                             mí uno de esos buenazos imbéciles, plañideros que van a agitar la
                             cabeza, ablandarse, suspirar y ceder a los intermediarios
                             cristianos. No me sigas; no quiero discursos; quiero el cumplimiento
                             del pagaré. (Sale.)
                             SALARINO.-  Es realmente el perro más impenetrable a la piedad que
                             haya tratado en la vida con los hombres.
                             ANTONIO.-  Dejadle tranquilo; no le fatigaré más con súplicas
                             inútiles. Pretende mi vida, y sé por qué; a menudo he sacado de sus
                             garras a los deudores que venían a gemir ante mí; por eso me odia.
   37   38   39   40   41   42   43   44   45   46   47