Page 100 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
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Ahogaron sus penas vaso a vaso; Luke resultó ser el más


          resistente de los dos. Un poco después de la medianoche


          Gresham  quedó  inconsciente;  Luke  aún  se  tenía  en  pie,


          aunque sus movimientos eran un poco erráticos.



            Trató de despertar a Gresham sin conseguirlo, y entonces


          se sirvió tristemente otro vaso y se sentó a beber y pensar


          en vez de beber y hablar. Pero deseaba hablar más que pen‐


          sar y casi, aunque no del todo, deseó que apareciera un


          marciano. Y aún no estaba lo bastante loco o borracho para


          hablar solo.


            –Todavía no –dijo en voz alta, y el sonido de su propia


          voz le sobrecogió, haciéndole quedar de nuevo en silencio.


            Pobre Forbes, pensó. Él y Gresham habían desertado de



          su lado; debieron haberse quedado con Forbes y ayudarle,


          por lo menos hasta que se convencieran de que ya no tenía


          remedio. Ni siquiera habían esperado a oír el diagnóstico


          del médico. ¿Habría podido el médico despertarle, o habría


          enviado a buscar a los loqueros?


            Podía telefonear al doctor y preguntarle lo ocurrido, pero


          no recordaba el nombre de aquel médico, si es que alguna



          vez lo había oído.


            Podía llamar al Hospital Mental de Long Beach y ente‐


          rarse de si Forbes se encontraba allí. O si preguntaba por


          Margie, quizás ella podría darle más detalles de la situa‐


          ción de Forbes de los que podría conseguir de la telefonista.


          Pero no quería hablar con Margie. Sí que quería. No, no


          quería. Ella se había divorciado de él; que se fuera ahora al


          diablo. Al diablo con todas las mujeres.




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