Page 104 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
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Los líderes del pueblo se encontraron frente a una oposi‐
ción a la que no podían purgar, ni siquiera intimidar. Y no
podían echar las culpas de la presencia de los marcianos a
los capitalistas explotadores, porque pronto descubrieron
que los marcianos eran peores que los capitalistas explota‐
dores.
No sólo no eran marxistas, sino que se burlaban por igual
de cualquier filosofía política. Se reían de todos los gobier‐
nos terrestres y de todas las formas de gobierno, incluso de
las más teóricas. Sí, ellos poseían la forma perfecta de go‐
bierno, pero rehusaban decir en que consistía... Era algo
que no le importaba a nadie.
Ni eran misioneros ni tenían ningún deseo de ayudarnos.
Todo lo que querían era enterarse de lo que pasaba y mos‐
trarse tan molestos e irritantes como fuese posible.
Tras el tembloroso telón tuvieron un tremendo éxito.
¿Cómo podía nadie decir la Gran Mentira, ni siquiera una
pequeña, con trescientos millones de marcianos dispuestos
a desmentirla? Adoraban la propaganda.
Y no cesaban de llevar partes. Nadie puede adivinar
cuántas personas fueron sumariamente juzgadas y ejecuta‐
das en los países comunistas durante el primer mes de la
llegada de los marcianos. Campesinos, superintendentes
de fábricas, generales, miembros del Politburó. Ya no era
seguro hacer o decir nada con los marcianos por allí. Y
siempre parecía haber marcianos por todas partes. No obs‐
tante, después de un tiempo aquella fase se normalizó. No
podía ser de otro modo. No se puede fusilar a todo el
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